Mientras grupos de choque afines al FMLN protestaban ayer fuera de las oficinas de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), para que la gremial acepte la propuesta de aumento al salario mínimo emitida por el Gobierno, representantes de las pequeñas empresas reclamaron que esa alternativa gubernamental “solo es para quedar bien con la gente”, y advierten que esta podría traer graves consecuencias a la economía.
“El Gobierno lo que quiere es ganar votos, ellos no hacen un análisis técnico del impacto que pueda tener cualquier medida de lo que ellos están haciendo; simplemente quieren quedar bien con el pueblo y creen que esa es la estrategia, pero no hacen un análisis técnico para ver si alguien se va a ver afectado”, advirtió el presidente de la Sociedad de Comerciantes e Industriales Salvadoreños (SCIES), Víctor Rodríguez.
Precisamente “la medida populista”, como la llaman algunos empresarios, se ha convertido en el motivo perfecto para que gente enviada por el partido de Gobierno, esté llegando hasta las instalaciones de la ANEP a protestar y a atentar contra la integridad física y moral de las personas que laboran en la gremial.
La propuesta que ha presentado el Gobierno, en la que habla de la posibilidad de llevar el salario mínimo hasta los $350, ha llevado a que su gente salga a “defender” la alternativa, sin tomar en consideración que esto puede afectar los puestos de trabajo o el bolsillo de miles de salvadoreños.
Según lo han expresado representantes del sector empresarial, esta situación pondría en una posición complicada a las empresas.
“No estamos en la condiciones para pagar un sueldo de esa naturaleza”, señaló el presidente del Consejo Nacional de la Pequeña Empresa de El Salvador (Conapes), Ernesto Vilanova.
Tal como lo ha apuntado anteriormente el presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), Luis Cardenal, si el incremento se da en la medida que propone el Gobierno, las micro y pequeñas empresas serían las más afectadas, ya que no sólo se les incrementa el gasto en salario, sino que también en el pago de prestaciones de ley que deben cumplir con sus empleados (ISSS, AFP, etc).
Pero estos argumentos no han detenido a los grupos de choque, que ayer llegaron por segunda ocasión en cinco días a presionar a los representantes del sector privado.
Aunque el Ministerio de Trabajo y su representación en el Consejo de Salario Mínimo, se apresuraron a desmarcarse de la actividad con un comunicado, también señalaron que “si a los directivos de la ANEP les preocupa que la ciudadanía rechace su propuesta, deberían modificarla y proponer un aumento justo”, se leía en el documento.
Lo que para los empresarios es una clara demostración que el intento de intimidación viene del Gobierno.
De acuerdo con el presidente de la ANEP, Luis Cardenal, la persona que lideró la protesta, suele acompañar las actividades del FMLN en varios tema. Incluso se le permitió la entrada para irrumpir recientemente en la reunión del Consejo Nacional del Salario Mínimo.
“Como no vamos a entender que esto es una presión e intento de intimidación que viene por parte del Ministerio de Trabajo y el gobierno”, indicó Cardenal.
Para el líder de la ANEP, lamentablemente la realidad económica se impone a los buenos deseos… “uno tiene que hacer consideraciones técnicas, no políticas. Porque suena bonito ofrecer un montón, pero después la realidad nos va a indicar que lo que se genera es más desempleo”, dijo Cardenal anteriormente.
Sin embargo, no solo la ANEP se ha manifestado en contra de aprobar una propuesta que no tiene fundamentos técnicos.
En este mismo tema, el presidente de la SCIES, indicó que el Gobierno ha elevado tanto la propuesta, sin pensar detenidamente en las consecuencias.
“Regalar el pisto que no es de uno, es fácil; si ellos tuvieran que pagar eso, le aseguro que lo pensarían varias veces; pero como son otros los que van a pagar y voy quedar bien con un montón de empleados, tomo la medida y no me importa el efecto político que pueda tener”, agregó el presidente de SCIES.
Como lo han señalado los representantes del sector privado, un incremento de esta magnitud puede llevar a las pequeñas empresas a reducir empleos o en el final de los casos a cerrar sus negocios.
En el caso de pequeñas empresas, como las pupuserías, donde tienen hasta 10 empleados, comedores, tiendas y similares, podrían ser de los más afectados.
“A nosotros nos afecta enormemente, esto nos puede llevar a reducir personal o a encarecer productos de la canasta básica”, agregó Vilanova.
Representantes del sector privado esperan que el Gobierno pueda reflexionar sobre la propuesta que ha presentado, antes de llevar al país a una peor situación.