Policía sin esclarecer asesinato de joven periodista

En El Jícaro, donde vivía Nicolás, su asesinato se ha vuelto tema tabú. La información sobre el homicidio ha sido salpicada de imprecisiones como decir que la radio era usada por la Policía, o que lo mataron en cuanto salió de la radio

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Equipo con el que funcionaba Radio Expresa, donde trabajaba Nicolás Silvestre García, como periodista. La radio dejó de funcionar tras el asesinato del joven. 

/ Foto Por Jorge Beltrán Luna

Por Jorge Beltrán Luna

2016-04-10 7:54:00

Ayer se cumplió un mes desde  que Nicolás Silvestre García, de 23 años, fuera asesinado supuestamente por miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13) en el caserío El Jícaro, cantón El Carrizal, municipio de Tacuba, departamento de Ahuachapán.

García ejercía como locutor de Radio Expresa, un proyecto de radio comunitaria que funcionaba con  varias bocinas colocadas en puntos estratégicos en todo el cantón El Carrizal, sus caseríos y comunidades.

Desde una construcción de aproximadamente dos metros cuadrados, García y otros jóvenes emitían programas educativos en salud y medio ambiente, entre otros, además de informar sobre eventos de interés comunal como cursos que serían impartidos en la ciudad, a los que podían acceder jóvenes del referido cantón, según explicaron ayer vecinos del lugar a un equipo de El Diario de Hoy.

El cantón El Carrizal es controlado por miembros de la MS-13, en su mayoría de la clica Cobras Locos Salvatruchos (CLS) según explicaron fuentes policiales consultadas, que ayer mantenían un intenso dispositivo de seguridad en varios cantones de Tacuba, procurando capturar a miembros de estructuras criminales que tienen orden de arresto, según informaron.

De acuerdo con residentes del cantón El Carrizal, no es cierto que la Policía Comunitaria emitiera mensajes de prevención a la violencia dirigidos a la niñez y juventud a través de la radio comunal.

“Eso que se ha dicho de que la radio era usada por la Policía Comunitaria y que tal vez por eso mataron a Nicolás, es falso. Nunca se hizo tal cosa”, explicó una fuente que conoce bastante el uso que se le daba a la radio y que pidió reservar su identidad.

En las noticias sobre el crimen también se dijo que Nicolás podría haber sido asesinado porque se resistió a aceptar una cantidad de dinero a cambio de que la radio fuera utilizada por mareros. Nadie en el vecindario sabe de esto. Nadie quiere hablar. 

Igual de falso es, según pobladores, que Nicolás fuera asesinado minutos después de retirarse de la radio.

De acuerdo con los vecinos del caserío El Jícaro, la víctima había transmitido en la mañana del jueves 10 de marzo, un programa sobre educación nutricional. Luego se retiró.

Al caer la tarde, el joven asistió, como era su costumbre, a un culto que se realizó en una iglesia evangélica a pocos metros de la casa donde funcionaba la Radio Expresa.

Poco antes de retirarse de la iglesia, cerca de las 7:00 de la noche, Nicolás estuvo conversando con varios jóvenes. “Él era bien amigo de todos los jóvenes de acá. Igual platicaba con un adulto, como con un niño o un joven”, recordó una mujer.

Posteriormente, García se retiró a su casa. Luego, los vecinos escucharon gritos desesperados, luego varios balazos seguidos de un intenso silencio. Después más gritos y llanto de familiares.

Al poco rato, se corrió el rumor de que habían matado a Nicolás. 

Al parecer, en su asesinato participaron unas doce personas que lo acribillaron a balazos y a  cuchilladas.  

“Es inhumano lo que hicieron con él. No  sabemos por qué lo mataron pero  estamos seguros que lo hicieron con un gran odio”, indicaron algunos vecinos.

“Él era tan querido por todos en la comunidad, que jamás pensamos que le pudieran hacer esto.  Era una persona servicial”, indicó un joven a quien se le consultó sobre el comportamiento de Nicolás.

Un tema tabú en El Jícaro

En el caserío El Jícaro son pocas las personas que se atreven a hablar del trabajo de  Nicolás. Da la impresión que en la comunidad a la que tanto sirvió, su asesinato es un tema tabú. Incluso para la familia del joven.

Ayer El Diario de Hoy visitó a la familia, pero nadie quiso hablar del asunto. 

En cuanto vieron que el equipo de periodistas se aproximaba, pidieron que salieran del terreno que alberga dos casas de construcción de adobe y plástico.

“Váyanse por favor. No queremos más problemas. Nosotros no sabemos por qué lo mataron y además no vamos a revivirlo”, espetó un hombre con semblante serio. 

Proyecto abandonado, de momento

La Radio Expresa funcionaba en un espacio del terreno donde tiene la casa Samuel, un directivo de la comunidad.

Igual que muchos vecinos, este campesino dijo que no podía hablar del homicidio porque no sabía nada de eso, que él ya estaba encerrado en su casa cuando pasó.

Sin embargo, igual que la mayoría de residentes de El Jícaro, Samuel dijo que sólo podía decir que  Nicolás era un joven muy servicial y que estaba apasionado con el proyecto,  a pesar de que no ganaba ni siquiera un dólar por darle vida a la radio, a la par de otros jóvenes de la comunidad. Desde que Nicolás murió, la radio ya no funciona; sin embargo, Samuel espera que sea sólo temporal,  pues para la comunidad es algo muy importante.

A pesar del tiempo transcurrido, ni la Policía Nacional Civil (PNC) ni la Fiscalía General de la República (FGR) han realizado capturas de sospechosos. Tampoco dieron detalles de las investigaciones cuando los buscaron periodistas de El Diario de Hoy. 

De momento, el homicidio de Nicolás solo ha generado condenas de organizaciones nacionales e internacionales.

Y allá, donde él vivió 23 años, el asesinato ha generado mucho temor, pero sobre todo, mucho silencio