El agua abunda en El Salvador, pero se deja correr y contaminar. Entre 1990 y 2014, la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Anda) ha producido más agua de la que se ha consumido. En ese marco, se han desperdiciado 78 millones de metros cúbicos de agua al año, según cálculos hechos por el especialista en gestión del recurso hídrico, Leopoldo Dimas, en el marco de una investigación aún en proceso.
A lo largo de 24 años, la Anda también ha tenido más gastos que ingresos. La misma investigación revela que el déficit promedio anual de esta empresa pública ha sido de 29,014 millones de dólares.
La investigación agrega, que la inversión anual promedio ha sido de 17.7 millones de dólares entre 2000 y 2013. Lo cual resulta insuficiente, señala, si se toma en cuenta que para Fomilenio II se calculó que para el manejo adecuado de aguas residuales en la zona costero marina es necesaria una inversión de 185 millones de dólares.
Directivas y presidentes de todos los colores políticos, han sido incapaces de hacer de Anda una empresa pública sostenible.
Marco Fortín no ha sido la excepción. El actual presidente de la Anda, asumió su cargo en 2010, pero parece haberse dado cuenta de que tiene una crisis entre las manos seis años después. El miércoles, Fortín declaró una emergencia por escasez de agua. Ayer, la emergencia fue ratificada por el presidente de la República y acompañada por una declaración de “Alerta Naranja”, por parte del secretario de Vulnerabilidad, Jorge Meléndez.
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“Están apagando incendios, ante un problema estructural”, afirmó Dimas.
Sí, el agua abunda en El Salvador, pero se desperdicia.
En Israel, un país con un territorio tan pequeño como el salvadoreño, las precipitaciones anuales no superan 435 milímetros. Pero 95 de cada 100 hogares tienen agua potable.
En El Salvador, el promedio anual de lluvia ha sido de 1,785 milímetros, pero 18 de cada 100 hogares carecen de acceso al agua potable.
El resto, los 92 de cada 100 hogares que tienen “acceso al agua”, a través de cantareras públicas, cañerías en la propia casa o en la el vecino, no tienen garantizado que al abrir el grifo caiga agua las 24 horas del día ni todos los días.
“El país vive en la escasez en medio de la abundancia”. Así define la situación del agua en El Salvador el especialista en gestión de recursos hídricos Leopoldo Dimas.
Para él, el problema del agua en el país va más allá de proveer de agua a las comunidades del Área Metropolitana de San Salvador que, desesperadas, han salido a protestar a las calles en el último mes.
En sus palabras, la Anda “tiene una crisis de mala gestión y administración”.
Detrás de la falta de agua potable en miles de hogares del AMSS, hay varios problemas que el país viene arrastrando y no atiende adecuadamente desde hace décadas. Uno de ellos es la degradación de suelos. Dimas recordó que el ministro de Agricultura ha reconocido que el 80 % de los suelos del país están degradados.
“Tenemos que atacar el problema de la degradación con la gestión integrada de cuencas hidrográficas”, afirmó el especialista.
Otro de los problemas que subyacen detrás de la actual crisis es la contaminación. En palabras de Dimas: “Tenemos agua en cantidad, pero la contaminamos con aguas residuales”. Recordó que Anda le cobra a los usuarios por la producción de agua potable, por llevarla hacia los hogares con conexión y por trasladar el agua residual a través de los alcantarillados que finalmente la descargan en los ríos. Pero “no pagamos por el tratamiento del agua”, añadió.
El tercer problema que arrastra el país en cuestión de agua es la falta de institucionalidad. “Esto hace que la degradación de suelos y la contaminación aumenten”, lamenta Dimas.
El Salvador carece de un ente rector y de un ente regulador que ordenen la gestión de los recursos hídricos.
El especialista explicó que se necesita un ente rector “porque el agua es un bien público” y un ente regulador porque es un recurso natural renovable. “Ahorita hay un desorden. Necesitamos tener las reglas del juego claras”, agregó.
Para ello, el país necesita una Ley General de Aguas. Pero la propuesta en manos de los diputados parece no ser prioridad.
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