Gobierno debe exigir más responsabilidad a los directores de las cárceles

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El interno fue trasladado del Centro Penal de Izalco a un hospital por convulsiones. / Foto Por Archivo

Por Jaime López

2016-04-15 8:01:00

“Las autoridades deben exigir más a los directores de centros penales como responsables que son de garantizar la menor filtración de aparatos y otros ilícitos a los penales”, manifestó esta mañana el analista Óscar Picardo en la entrevista de Canal 10, en la que además participó el rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, Andreu Oliva.

Ambos analizaron los resultados y la ampliación por 15 días de las medidas extraordinarias en siete penales del país con gran presencia de pandilleros, principales causantes de los homicidios y las extorsiones en el país.

El analista dijo que si bien las telefónicas tienen alguna responsabilidad en el manejo de teléfonos y de administrar la señal celular, el problema no es sólo de ellos, si no de las autoridades.


Picardo manifestó que es inconcebible que con frecuencia se realicen  registros en los penales y se encuentre gran cantidad de teléfonos celulares, miles de chips, cargadores, manos libres sin que haya un solo responsable del ingreso de esos artefactos por parte de la administración.


Esta situación está creando la base de la impunidad en todo sentido y de ahí que debe haber una mayor exigencia a los directores de centros penales como responsables de garantizar la menor filtración de aparatos y otros ilícitos, dijo Picardo.

“Tenemos revisar el concepto para que son las cárceles, cuáles son las funciones en materia de reeducación y reinserción de los que han cometido delito, hay reconocer que hay una sobre saturación que crea condiciones infrahumana, lo que hace que en vez de re educarse el reo se pierda”, expresóó.

Se debe trabajar en cuanto al vínculo permanente entre las estructuras pandilleriles entre los jefes de clicas en las cárceles y los que están operando en las calles.

De ahí que las medidas que actualmente se impulsan no deben ser extraordinarias, si no ordinaria (normales) como prohibir el ingreso de ilícitos, reducir el tráfico de comunicaciones, mientras las telefónicas deben poner de su parte, “aunque yo creo que debe haber tecnologías que bloquean las señales mucho más que la intensidad”.

“No es tanto el problema de las telefónicas sino la gestión de la dirección de cárceles”, subrayó Picardo.

En ese sentido, el rector de la UCA señaló hay que actuar de manera extraordinaria para obtener los recursos para ello, para que los centros penales sean sitios de rehabilitación, donde las personas puedan reinsertarse a la sociedad, que es lo que no se da y en condiciones en está es difíciles que se vayan a dar.


“Si se quiere atacar el problema completo y de manera integral tenemos que impulsar medidas para que los centros que permitan que las personas mientras están pagando sus penas tengan un proceso de rehabilitación”, subrayó Oliva.


En cuanto a la cohesión que parecen tener los diputados y partidos políticos acerca de las medidas extraordinarias, el rector de la UCA afirmó que le da la impresión que “cuando se habla de medidas punitivas, de endurecimiento de penas, como alrededor de estos temas es más fácil que hayan consensos entre los políticos”.

“Pero cuando se trata de temas de fondo que suponen cambios importantes en la sociedad y en sus estructuras para que no se sigan generando este tipo de lacra, violencia, situaciones de violencia y criminalidad, no hay acuerdo”, afirmó.

Dijo que esa manera de ver los problema refleja que los políticos no le han dado la importancia a la prevención y esto explica el clima de violencia que experimenta el país. 

No hay acuerdo también en que estos problemas que adolece el país es producto de una “sociedad que ha fracasado porque ha sido incapaz de generar oportunidades para toda la población que genera marginación exclusión de una buena parte de la población, y se convierte en caldo de cultivo para la violencia.


“Los políticos se deberían poner de acuerdo en el modelo de país queremos construir y necesitamos para que estos problemas no se sigan dando”, puntualizó.


Ejemplo de esa situación, dijo Picardo, seis de cada diez jóvenes en tercer ciclo abandonan la escuela, de cada diez que saca sexto grado solo cuatro se gradúa en bachillerato.

Eso genera tejido social débil sin futuro, más en zonas alejadas del país como Arambala, Soyapango, Lourdes, Colón. Hay que preguntarse qué oferta educativa y oportunidades le está ofreciendo a los jóvenes concluyeron.