Desde la presidencia de ANEP, Jorge Daboub posiblemente sea uno de los dirigentes empresariales más sobresalientes de la actualidad, como enérgico paladín luchador en defensa de los principios democráticos de libertad productiva e industrial salvadoreña. Esta honrosa batalla es contundentemente loable y necesaria, pues ha sido contra la doctrina comunista del gobierno FMLN, cuyo faro de luz es el gobierno marxista venezolano de Maduro, admitido así reiteradamente por el Presidente Sánchez Cerén.
Amerita enterarse del alarmante precepto del “Manifiesto Comunista/Marx-Engels” referente a la “Libre Empresa”.
Éste, -simplificado-, dice literalmente que la administración de todas las ramas de producción e industria dejarán de ser pertenencia particular, pasando a toda la sociedad mediante ser administradas en un plan general; (-¡ojo!-, por los gobiernos marxistas-totalitarios). Esto sucedió en Rusia, Cuba y –claro- hoy en Venezuela. Por tanto, -dice-, el nuevo orden social SUPRIMIRÁ la libre competencia, porque la dirección de la productividad, al hallarse en manos de particulares involucra LA PROPIEDAD PRIVADA que debe ser ELIMINADA por su unión inseparablemente a la dirección particular de la producción, industria y competencia, que es gobernada por propietarios privados, debiendo ocupar ese lugar, el usufructo colectivo de la producción y su reparto de común acuerdo en una “comunidad de bienes”.
Mayúscula falsedad esto último, en cuanto a que pueblos como Venezuela, país archimillonario en riquezas naturales están en la hambruna, mientras sus líderes nadan en la abundancia. Venezuela es así una de las crueles realidades del fracaso del sistema comunista. Igual es Cuba.
Desde arribar al poder el FMLN, para Jorge Daboub dirigir ANEP fue tremenda batalla al tener que lidiar con uno de los más nefastos presidentes de nuestra historia, Mauricio Funes, quien con sus inoportunas medidas antiempresariales alejó la inversión local y extranjera. Quiso acabarse a las gremiales de ANEP y su brillante líder, hasta llamándoles ratas, a él y agremiados.
Con este presidente, Daboub ha sufrido no menos vejaciones por su posición firme de defensa de nuestra libre empresa y del derecho del individuo a superarse mediante la propia inversión y avance como empresario, por pequeño que sea, siendo así, la Empresa Privada, unida, la única generadora de empleo. El conglomerado de gremiales de ANEP son la fuerza del progreso de este país. El gobierno efemelenista para eliminar esta enemiga de sus planes expansionistas Siglo XXI, siguiendo consignas de regímenes totalitarios como las del autor de la propaganda nazista, Goebbles, copia el siguiente principio: “Adoptar una única idea; Un único símbolo, y reunir a los adversarios en esa única categoría, repitiéndola incansablemente para, haciéndola popular, llegarle a los menos inteligentes”. (Así consideran al pueblo). Es esa única idea y símbolo, resumida en las palabras “confrontativo” y “polarización” que se han endosado al presidente de ANEP para destruir el pensamiento de la entidad. Preguntémonos ¿Es ser confrontativo -y no extraordinariamente valiente-, evitar que el marxismo salvadoreño elimine la libre empresa y por eso titulársele “polarizado”-“confrontativo”? ¿Quién realmente atenta contra nuestros derechos de libertades individuales de desarrollo y sintiéndose obstaculizado confronta con insultos?
Solo veamos cómo en las redes sociales anónimamente, entre enemigos de ANEP y troles gubernamentales izquierdistas, usando esa única idea de símbolos “confrontativa” y “polarizada”, soliviantan destruir la “Empresa Privada”, para dar entrada al Socialismo Siglo XXI, minando así uno de los principios de la institución, la unidad de los gremios.
Abramos los ojos ante estos ataques contra ANEP y su excelso líder, -“Coqui”- Jorge Daboub.
*Columnista de El Diario de Hoy