1. Te mantiene en forma: Es una muy buena opción a la hora de quemar todas las calorías consumidas durante el día.
2. Ayuda a tu sistema cardiovascular: Favorece en gran medida a la circulación de la sangre, alejándote de enfermedades que pueden derivar en grandes problemas e incluso la muerte.
3. Te hace flexible: Tanto en lo físico como en lo emocional, con cada paso que das, vas desarrollando resistencia y mayor facilidad para doblarte, pero también te vuelve más tolerante, pues en un grupo, todos deben verse coordinados, lo que implica que todos den lo mejor de sí para ver frutos en sus coreografías.
4. Reduce la timidez y fortalece la sociabilización: No sé cuántos grupos de nuevos amigos he visto formarse en todas las clases que se imparten, pero de una cosa estoy segura: gozan lo que hacen y dejan atrás las distracciones para poder compenetrarse de manera óptima para tener siempre los mejores resultados.
5. Combate el estrés y la depresión: Todos en mayor o menor medida sufrimos de estrés, pero al bailar el cuerpo comienza a secretar endorfina, hormona de la felicidad. Lo que genera como resultado que los niveles de estrés se vean disminuidos y la calidad de vida aumente.
6. Estimula la memoria: Aprender los diferentes pasos requiere un alto nivel de concentración, pues de cada uno nace un esquema nuevo. Así que de una u otra manera vas ayudando a tu memoria a ejercitarse cada vez que bailas.
7. Corrige posturas: Casi sin notar, el baile comienza a corregir tu postura corporal, dejando atrás las tensiones o contracturas ocasionadas por las mismas.
8. Mejora la coordinación: Inevitablemente se tienen que mover varias partes del cuerpo al mismo tiempo y aunque al principio sea difícil, con varios ensayos comenzarás a notar que las dificultades comienzan a esfumarse.