Cuando apenas era un estudiante de la universidad, Luis Cardenal escuchó a su maestro preguntarle a él y sus compañeros, qué harían para mejorar las cosas que criticaban del país. Desde ese momento Cardenal supo que para sacar adelante al país, no podía solo quejarse, sino que debía ponerse a su servicio y no solo señalar lo malo. Eso ha hecho durante muchos años y ahora lo quiere seguir haciendo a través de la ANEP.
¿Cuál es su principal motivación para dirigir la ANEP?
Como ciudadano quiero tratar de contribuir, en la medida de mis posibilidades, a la solución de los problemas nacionales. No podemos quedarnos inmóviles cuando vemos que estamos teniendo tantos problemas. Nos mueve una voluntad del servicio y querer contribuir en la solución de los problemas nacionales.
¿Por qué cree que la ANEP es la instancia desde la que se puede ayudar a mejorar el país?
A través de la historia ANEP siempre ha defendido los principios de la libre iniciativa. Y hoy más que nunca es importante la defensa de esos principios y la promoción de esos valores. Ante esos problemas tenemos que buscar las soluciones para combatir la pobreza, para propiciar una mejor calidad de vida.
La ANEP ha sido uno de los principales contrapesos para el Gobierno en estos últimos años.
Todos los que creemos y amamos la libertad estamos en esta defensa del sistema. Lamentablemente en este momento de la historia existen algunos que creen que el país debe cambiar de modelo, de sistema, hacia un sistema más autoritario y vaciar la institucionalidad democrática en manos de unos pocos. Y ANEP siempre se ha caracterizado por la defensa de los principios, y en este caso, los principios se tienen que defender.
Queremos tender puentes, queremos encontrar acuerdos, pero nunca cambiando nuestros principios por intereses particulares o personales.
¿Cómo considera que se considera ahora a la empresa privada?
Lo que ha sucedido es que hemos sido incomprendidos. Durante mucho tiempo se ha visto al empresario, no como el generador de riqueza y generador de oportunidades y el que paga los impuestos, sino como el causante de todos los males, el explotador, el que no tiene conciencia social. Y creo que eso tiene que cambiar. ANEP tiene que empezar a comunicarse mejor con la población y hacerles ver que un país no es viable mientras no tenga un sector productivo pujante.
Nosotros vemos a la empresa como un equipo que tiene que trabajar en conjunto, de forma coordinada, con los trabajadores. Y esto se ha hecho. Lo que ha sucedido es que entre tanta tramitología y problemas que ha enfrentando el país, el sector informal de la economía ha ido creciendo al grado que ahora representa el 72% de la economía nacional. Entonces el sector formal, con el 28% tiene que sostener a todo el Estado, y es injustamente acusado de ser el responsable de todos los males que padecemos.
A diferencia de lo que se cree, no trabajamos en beneficio de unos pocos, sino de la mayoría. ANEP no representa necesariamente a la gran empresa. El 95 por ciento de las empresas asociadas a las gremiales de ANEP son medianas, pequeñas y micro empresas que tienen condiciones mínimas de seguridad, de garantías. Aquí la economía no crece porque no existen reglas claras del juego.
A la ANEP se le ha señalado de ser un instrumento político…
Yo creo que ir diciendo la verdad y explicándole a la gente cuál es esa realidad. ANEP, son más de 15,000 empresas. Generalmente las grandes se pueden defender, pero las medianas y pequeñas necesitan apoyo, capacitación. Entonces, en ANEP también tenemos que entender que si bien no puede meterse en política electoral o partidaria, es una obligación estatutuaria y moral el que nosotros nos metamos en política que es el bien común. En política económica, de seguridad, política fiscal, de salud, de educación. Tenemos la obligación de contribuir con ideas, propuestas y críticas de qué es lo que se está haciendo.
¿Cómo lograr que todas las propuestas que salen de la gremial sean tomadas en cuenta por el Gobierno?
Ese es un gran reto. Estamos convencidos de que tenemos que continuar haciendo propuestas y dando solución a los problemas sociales y sectoriales. El Gobierno hasta el momento no ha tenido mucha receptividad para recibir estas propuestas que se le han entregado. No vamos a dejar de continuar proponiendo ni tendiendo puentes para ver si en algún momento, ante todo lo que vivimos, el Gobierno dé ese paso y se acerque a recibir las propuestas que se le están haciendo.
Lamentamos que en el pasado no haya existido la posibilidad de lograr entendimientos, pero vamos a continuar haciendo nuestro esfuerzo porque es nuestra obligación.