El Día Mundial del Libro se celebró el sábado, lo que equivale al Día Mundial de la Cultura, de la enseñanza a profundidad, el día de la reflexión y la sabiduría.
Libros fueron los rollos de pergamino, o de papel desde los egipcios, que presentaban la dificultad de ir a un pasaje determinado, lo que eventualmente dio lugar a cortar los rollos en hojas y encuadernarlos.
Pero hasta Gutenberg –y se dice que antes de él lo hicieron los chinos–, reproducir un libro era obra de copistas, que meticulosamente copiaban cada volumen, unían las páginas y los despachan a compradores que con frecuencia también hacían sus copias. Después de Gutenberg surgieron impresores en todo el mundo civilizado, lo que a su vez fomentó el aprendizaje de la lectura, hasta ese entonces un conocimiento de especialistas, generalmente clérigos.
Y la impresión de libros, como de panfletos, a su vez dio lugar a las censuras eclesiásticas y asimismo a las primeras luchas por la libertad de expresión.
En prácticamente todos los países había que obtener una autorización para imprimir un libro, el “nihil obstat” (no hay inconveniente de que se publique); tan viejas son las mordazas, como también la lucha para poder pensar, poder decir y poder informar.
Uno de los más vigorosos, lúcidos y brillantes polemistas a favor de la libertad de expresión fue John Milton, autor del “Paraíso perdido”, cuyos argumentos son de eterna validez y particularmente en los sombríos tiempos actuales, en que dictadores y grupos de fuerza se valen de todos los recursos, incluyendo el asesinato como en el norte de México y Argentina, para coaccionar o silenciar críticos.
Los diarios son los libros
al alcance de toda la gente
En los países pobres o que están regresando a la pobreza como el nuestro, más y más los libros son un objeto de lujo, y los únicos libros a los que tienen acceso los grandes grupos poblacionales son los diarios.
Los diarios son muchas cosas, desde pequeñas enciclopedias hasta pregones, además de dar a la gente información vital como precios de cosas, datos sobre lo que se presenta de novedoso en los mercados y un muy escogido resumen de sucesos mundiales.
Los diarios presentan análisis sobre política, deportes, tendencias de la moda, breves literarios, humor, tristezas y, en la clase de situación por la que pasa el país, lo que amenaza y puede golpear mortalmente.
Los diarios, el libro del pueblo que cambia día a día, que además de ser el protector de los intereses de la gente, son los que suministran a gran escala un bien esencial para los pobladores: papel de uso en ventas, papel que es papel toalla, papel en las cocinas y los sanitarios, papel para empacar lo que se guarda.
Si los diarios desaparecen como en Cuba, ¿dónde podrá la gente de escasos recursos conseguir el papel que usan día a día?
Haga la prueba cualquiera y vaya a una tienda o un comercio a comprar papel, no para escribir sino papel para secar un líquido que se ha derramado, envolver objetos, lo que sea. Le darán muy poco papel por lo que está pagando y éste no tendrá los contenidos que tanto valor dan a los diarios, contenidos que enriquecen el intelecto, que enseñan a pensar, que nos orientan sobre el mejor uso de nuestro dinero, que nos ponen al tanto de lo que sucede… Será papel sin vida propia…