Gobierno hizo desplante a invitación de empresarios

Ni el presidente de la República ni la presidenta de la Asamblea Legislativa asistieron al evento.

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Asistentes durante el desarollo del evento ENADE 2016 en el Hotel Presidente.

/ Foto Por Marlon Hernández

Por Karen Molina/ Pedro Carlos Mancía/Rodolfo Ortiz

2016-04-26 9:00:00

Nunca en la historia de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), un Presidente de la República se había negado a asistir a un encuentro empresarial en el que se vierten propuestas concretas para mejorar al país. 

El nunca se rompió ayer, pues el presidente Salvador Sánchez Cerén decidió no asistir al XVI Encuentro Nacional de la Empresa Privada (Enade 2016), que este año definió a la corrupción como su tema principal.

Las propuestas que el Enade elaboró desde hace un año, y que resumió en un documento que entregaría al Presidente, tuvo que ser recibido por el fiscal general, Douglas Meléndez, quien llegó al evento representando a su institución y no al Ejecutivo.

La diputada de ARENA, Ana Vilma de Escobar, también tuvo que representar a la Asamblea Legislativa pues la diputada del FMLN y presidenta de ese órgano de Estado, Lorena Peña, tampoco asistió pese a la invitación.

Oscar Pineda, presidente de la Corte Suprema de Justicia, fue el único que representó como tal a su institución. 

En un comunicado difundido a las nueve de la noche del 25 de abril, la Presidencia informó que el Gobierno no asistiría al evento, debido a “las reiteradas posturas confrontativas y excluyentes de algunos dirigentes de ANEP”. 

Un día antes habían enviado a un equipo de avanzada al lugar para ver los espacios asignados y otros puntos de logística, según confirmó el presidente de la ANEP, Jorge Daboub. 

Lamentable actitud

La actitud del presidente Sánchez Cerén y todo su gabinete fue lamentada por muchos de los empresarios nacionales que asistieron al evento. 

El presidente de Grupo Agrisal, Roberto Murray Meza, dijo que era una pena que el Gobierno no hiciera acto de presencia en el Enade pues ésta hubiera sido “una oportunidad para dialogar con el sector privado, para presentar sus puntos de vista que tenían bien derecho a la palestra”. 

El empresario agregó que “estará por verse” si esta actitud que ha tomado el Gobierno se verá reflejada en las mesas de diálogo que sostiene con la empresa privada. Murray espera que continúen las reuniones con los empresarios, pero a la vez, que el Gobierno “tome en serio  la necesidad de buscar soluciones consensuadas y de largo plazo”. 

Por su parte, el vicepresidente de Grupo Calleja, Carlos Calleja, hizo un llamado a que “tengamos la voluntad todos para seguir construyendo acuerdos. No podemos levantarnos de la mesa de diálogo”, sostuvo. 

Para Calleja el diálogo es uno de los factores necesarios para sacar al país adelante, pues pese a las diferencias encontradas entre ambos sectores, se debe ser consistente de la búsqueda de acuerdos y esa voluntad que será clave para lograrlo.

“Lamentablemente el día de hoy es una manifestación más de que se dice una cosa y se hace otra. Se habla de diálogo, pero a la hora de dialogar no vienen. Prefieren reunirse con otros sectores”, dijo el empresario Luis Cardenal, quien se perfila como el próximo presidente de la cúpula empresarial. 

“Este es un mensaje negativo que muestra poca capacidad de dialogar y escuchar críticas que no sean agradables a sus oídos”, agregó.

Aseguró que esta actitud solo genera mayor desconfianza y más tensión entre ambos sectores.  “Ya es una relación tensa, el mensaje que envía el Gobierno es que no hay disposición de dialogar. Que hablan de diálogo de lengua al labio, pero esto es circunstancial”.

Javier Simán, presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), expuso que al no hacerse presente al evento, el Gobierno está dando un mensaje equivocado, puesto a que la corrupción es un tema de interés público. “Parece que el Gobierno no quiere escuchar sobre corrupción”, añadió.

La caída del Imperio Romano

El mensaje que no pudo escuchar ni el presidente ni el resto de funcionarios que no llegó al evento, pero que “seguro lo leerán”,  es que la corrupción permea con tanto sigilo en la sociedad que hizo caer incluso al Imperio Romano, tiempos atrás. 

“La historia registra que la caída de la Roma imperial se debió a varios factores, pero uno de ellos, quizás el menos perceptible, carcomió  su estructura política y económica y, principalmente, moral, debilitándola internamente. 

Ese cáncer social que debilitó al Imperio Romano surgió en el poder político, y de ahí pasó a infestar a casi toda la sociedad romana. Ese virus fue la corrupción”, señaló Jorge Daboub en su discurso.

“Debemos tener la firme convicción de que los ciudadanos honestos somos lo que podemos detener la corrupción e implantar en su lugar una nueva cultura de transparencia”, agregó. 

Daboub insistió en que es la sociedad la que debe trabajar contra la corrupción.

“Aquí estamos, la sociedad civil, dispuesta a poner manos a la obra, a afrontar el reto de erradicar la corrupción de nuestro país, y hacerlo más eficiente y más productivo”.