A las mujeres de hoy nos importa mucho vernos físicamente atractivas y hermosas. En la creencia de que lo material está por sobre lo espiritual, abandonamos nuestra belleza interior y la descuidamos, al grado de que pensamos que la belleza está solo en nuestro aspecto físico.
Pregúntate y reflexiona: ¿cuánto tiempo pierdes buscando consejos para mejorar tu rostro o tu piel?, ¿y en que tu cabello se vea mejor?, ¿cuál cirujano plástico te puede convenir para rejuvenecer?, ¿qué vestido se puso una estrella del cine, para verte igual de hermosa?
Y creemos que todo lo anterior va a alimentar nuestro amor propio, nuestra confianza y que seremos hermosas. ¡Qué triste error! He aquí cómo ser hermosa para siempre.
1. Sé hermosa desde el interior
El amor y las buenas obras nacen desde el corazón. No es necesario el glamour superficial que te sugiere una revista o los consejos que lees en cualquier lado afirmando que la belleza está en tu rostro o en un cuerpo perfecto. La belleza interior comienza aceptando tu físico tal cual es, aceptando que la belleza habita en ti, empezando desde tus sentimientos: hacia ti y hacia los demás.
2. Sé hermosa espiritualmente
La fe nos acompaña desde cualquier punto de vista, si la pierdes o no la encuentras, no te sentirás hermosa. El alma se alimenta de ella y te ayuda con un impulso para lograr reconocer cuán hermosa y perfecta eres. Si no reconoces tu fe, ¿cómo podrás reconocer la belleza? La fe te da seguridad y confianza para poder reconocer tus virtudes y tus defectos, aumentando tu amor propio y reforzando tu hermosura interior.
3. Sé hermosa con los necesitados
No digo que te vayas por la calle alimentando a todo el mundo, hay personas necesitadas que podemos encontrar en los templos, en las calles o en nuestra casa, quienes buscan un consuelo o que los escuches.
Existen casas de apoyo o ayuda a necesitados que todo el tiempo requieren de personas buenas y bondadosas como tú para apoyar su trabajo con los que más lo necesitan. Ésta forma de belleza alimenta el alma y el espíritu y te mantiene fuerte y joven.
4. Sé hermosa para tu familia
Si te ha pasado que la rutina te aleja de los tuyos, no escuchas a tus hijos o abandonas a tus amigos en momentos de necesidad, acércate de nuevo a ellos. Estás a tiempo de rectificar y retomar a ese hermoso ser humano de tu interior y demostrarte a ti misma la belleza que tienes y que hace que te amen sin compromiso.
5. Sé hermosa para ti
Nada habla mejor del amor propio y la belleza interior, que verse al espejo y aceptarte tal cual eres: viendo tus defectos, tus virtudes y aceptándolos. Esto incrementará tu seguridad y confianza, lo que se traduce en una vida radiante y a que todo el mundo reconocerá como la belleza que rodea tu espíritu.
Si alimentamos nuestro físico y al mismo tiempo a nuestro espíritu, obtendremos un equilibrio respetuoso y seremos hermosas ante nosotras mismas, nos respetaremos y respetaremos a los demás, alcanzaremos el punto más alto de belleza: la belleza espiritual.