Recordando las palabras del escritor Salvador Salazar Arrué (Salarrué), la secretaria de la Cultura, Silvia Elena Regalado, inauguró la Temporada 2016 de la Orquesta Sinfónica de El Salvador.
“No hay arte nuevo y viejo, solo arte”, memoró la funcionaria durante su discurso inaugural.
Con la participación especial del coreógrafo invitado Francisco Castillo, 16 bailarines acompañaron a los 86 músicos dirigidos por German Cáceres, director de la Orquesta Sinfónica de El Salvador.
Los bailarines, miembros de la Compañía de Ballet de El Salvador, a cargo de Alcira Alonso, danzaron al ritmo de La Consagración de la Primavera, una obra del compositor ruso nacionalizado francés y luego estadounidense Vigor Stravinsky.
La coreografía es original de Castillo, quien fue galardonado el martes anterior por sus 35 años de trayectoria artística.
El primer acto del programa musical, llamado Adoración de la Tierra, incluyó las piezas: Augurios primaverales: danza de las adolescentes; Juego del rapto; Rondas primaverales; Juegos de las tribus rivales; Cortejo del Sabio y El Sabio: danza de la tierra.
El segundo acto, titulado El Sacrificio, incluyó las piezas: Círculos misteriosos de adolescentes; Glorificación de la elegida; Evocación de los Antepasados; Acción ritual de los antepasados; y Danza sagrada: la elegida.
También hicieron una pequeña introducción con “Preludio a la siesta de un fauno”, un poema sinfónico de Claude Debussy.