El director de Centros Penales Rodil Hernández confirmó ayer que la fiesta en la que participaron tres mujeres que bailaron desnudas en el centro penal de Izalco, Sonsonate, se realizó entre los días 24 y 25 de septiembre de 2012, justo en el período en el que estaba en apogeo la mal llamada tregua entre las pandilla. Hernández se desmarcó del evento y responsabilizó a su antecesor Nelson Rauda de haber autorizado dicha fiesta.
Lo anterior vendría a desmentir los argumentos que siempre mantuvieron las autoridades de Seguridad Pública y de Centros Penales del gobierno de Mauricio Funes de que los pandilleros recluidos en el sistema penitenciario nunca tuvieron privilegios como parte de una supuesta negociación entre el Gobierno y las pandillas para reducir los índices de violencia.
La fiesta de septiembre de 2012 y que se suponía que solo iba hacer amenizada por una discomóvil y un grupo de bailarinas, había sido solicitada por los pandilleros recluidos en ese penal con el pretexto de celebrar el día de la Virgen de La Merced. Irónicamente, la fiesta se convirtió en un show pornográfico.
“Se ha encontrado que en fecha 24 y 25 de septiembre del año 2012, ingresó al centro penal de Izalco, una discomóvil y bailarinas”, dijo Hernández, quien aseguró que no supo de ese evento ilegal, a pesar de que él era subdirector general de Centros Penales.
Tampoco quiso relacionar la fiesta sexual como parte de los privilegios que los pandilleros tenían dentro del pacto de no agresión entre esos grupos ilegales.
Hernández responsabilizó al anterior director de Penales Nelson Rauda de haber tenido conocimiento de la referida fiesta y para ello entregó una carta a los medios de comunicación en la que las autoridades del penal de Izalco le informaban de la solicitud de los pandilleros.
En la misiva con fecha del 12 de septiembre, el director José Adrián Abarca y el subdirector Oscar Armando Arévalo del penal de Izalco le notifican a Rauda que la población carcelaria de los sectores 1 y 2 había hecho una serie de peticiones para los días 24 y 25 de septiembre para celebrar el día de la Virgen de La Merced.
Entre las peticiones figuraba el ingreso de una discoteca y un grupo de bailarinas, cuya presentación se iba a dar después de que pasara la visita familiar. En la misma carta, las autoridades del penal de Izalco le advierten a Rauda de que permitir el ingreso de personas que no aparecían registradas en las fichas de visitas podría representar un problema cuando se saturara de personas las instalaciones.
“Estos hechos nunca pasaron por el conocimiento del actual Director General de Centros Penales, pues la dinámica funcional en ese momento establecía una línea directa de comunicación entre el Director General, el Inspector General, y los directores de los Centros Penales”, dijo Hernández al desmarcarse de la llamada “porno fiesta”.
Al cuestionar a Hernández sobre lo manifestado por el entonces inspector general de Centros Penales Anílver Rodríguez ante la Fiscalía General de que las autoridades del sistema penitenciario que fungían en esa época, conocían de los privilegios que recibían los pandilleros como traslados de cabecillas de pandillas de un penal a otro, fiestas amenizadas con reconocidas orquestas, e ingreso de aparatos electrodomésticos a las penitenciarías, entre otros.
Hernández respondió que eran “declaraciones que se habían filtrado de forma irregular, y que la persona que las filtró fue procesada, no me voy a pronunciar sobre ninguna cosa que todavía este siendo objeto de investigación”.
Aseguró que el custodio que aparece en el video grabando a las tres mujeres bailando desnudas ya rindió su declaración ante las autoridades de Centros Penales y la cual será enviada a la Fiscalía General junto con todas las evidencias recabadas durante la investigación que ha realizado Centros Penales.
Agregó que el referido vigilante penitenciario, quien todavía trabaja en el sistema, ya se le abrió un proceso administrativo sancionador y no descarta que existan otros custodios que hayan participado de la polémica fiesta.
Exinspector Penales confirmó privilegios
El exinspector Rodríguez en su declaración en la Fiscalía, cuya grabación fue filtrada a través de un sitio web, sostuvo en su momento que en una oportunidad, Rauda le dijo que se realizaría una fiesta en el penal de Ciudad Barrios, San Miguel, para celebrar el día de la Virgen de La Merced, pero que sería amenizada por una pequeña discomóvil. Sin embargo, su extrañeza fue que se trataba de la orquesta Sonora Dinamita.
También recordó que se hicieron otras fiestas en los reclusorios de Mariona y en San Francisco Gotera, Morazán. Dijo desconocer quiénes o qué institución pagaba los servicios de las orquestas.
Además reveló que el ingreso de las orquestas a los centros penales para amenizar las fiestas de los pandilleros se había vuelto normal desde comenzó la tregua entre las pandillas. Antes de eso nunca antes se habían hecho fiestas en los centros penales, según la grabación de su declaración fiscal.
También confirmó los traslados de cabecillas de las pandillas de los reclusorios donde se encontraban hacia el penal La Esperanza conocido como Mariona para ofrecer conferencias de prensa, los cuales eran autorizados por el exdirector Rauda y aparentemente con conocimiento de las entonces autoridades de Seguridad Pública.
Reveló además que los cabecillas aprovechaban después de las conferencias y cuando ya se habían retirado los mediadores del lugar, para sostener relaciones sexuales con las mujeres que llegaban, aparentemente para respaldarlos en las conferencias, lo que les resultaba complicado a los custodios volverlos a trasladar a los penales donde estaban recluidos.
También, los exfuncionarios de Seguridad Pública y de Centros Penales Douglas Moreno y Nelson Rauda aseguraron en sus declaraciones en la Fiscalía General que el expresidente Mauricio Funes conocía todo lo que ocurría alrededor de la tregua.
Rauda dijo en su oportunidad que el entonces ministro de Seguridad David Munguía Payés reiteró que Funes tenía conocimiento.
Moreno dijo que Funes había avalado los traslados de los cabecillas del penal de máxima seguridad en Zacatecoluca, La Paz.