Manuel Antonio Borja, de 48 años, era vigilante privado de una empresa de limpieza y para desempeñar su trabajo se le había asignado un arma de fuego.
Irónicamente esa pistola no le sirvió ayer para defenderse de unos pandilleros que lo mataron de un disparo en el pecho, y luego le robaron su instrumento de trabajo.
El homicidio fue cometido al mediodía, en la colonia El Rosal, de San Salvador, cerca de la Terminal de Occidente.
Fuentes policiales señalaron que los delincuentes llegaron a la zona a bordo de una camioneta todo terreno, que tenía reporte de robo.
Borja tenía aproximadamente dos años de laborar en el lugar, y nunca le dijo a su compañeros que hubiera recibido amenazas de muerte.
La Fiscalía también procesó otra escena de muerte violenta en barrio El Centro, en Monte San Juan, de Cuscatlán. La víctima fue identificada como Noé Osmín García, de 30 años.
El hombre, quien fue ultimado a las 5:00 de la mañana, trabajaba como cobrador de un camión que transporta pasajeros en la localidad.
Se sospecha que García fue atacado porque tenía rencillas con sus verdugos o por el cobro de la extorsión.
Además, Jorge Antonio Landaverde, fue ultimado con arma de fuego cuando circulaba en un pick up en la colonia Escalón, cerca de la embajada de Cuba.
Preliminarmente se supo que Landaverde, quien trabajaba con carpintero, fue atacado por un grupo de pandilleros que delinque en una comunidad cercana.