SANTA ANA. Considerada una de las instituciones educativas más antiguas del municipio, el Instituto Nacional de Santa Ana (INSA) celebró el pasado viernes sus 117 años de funcionar. Para ello, llevó a cabo diferentes eventos religiosos, deportivos y musicales.
Las actividades iniciaron a las 5:00 de la mañana, con las tradicionales “mañanitas” y la degustación de un atole de “shuco”. Además, hubo una misa de acción de gracias.
El momento más esperado por todos, fue el reconocimiento que hicieron a más de 200 educadores que dieron clases en las aulas de este centro educativo.
Festejados
El director del INSA, Ismael Quijada, explicó que este año decidieron dedicar la celebración a la trayectoria de los docentes “que son y han sido parte de la historia de este lugar”.
“Este día se lo hemos querido dedicar a todos esos maestros que han trascendido y que se han destacado acá durante su etapa de estudiantes y de docentes”, comentó.
Una de las autoridades más emblemáticas que dejó su huella dentro del centro educativo, fue Julio César Hernández Roca, quien laboró 26 años en dicho lugar.
Él fue alumno y docente del centro educativo.
Hernández Roca dijo sentirse orgulloso “de seguir formando parte de su querido INSA”.
A la celebración también se unieron estudiantes y padres de familia que también han formado parte de la historia del centro educativo.
Durante la celebración se entregaron los reconocimientos a 200 docentes, por tener una trayectoria de más de 20 años en la institución educativa.
También se hizo un acto de reconocimiento a algunas personas que destacaron en el centro escolar.
Los estudiantes también tuvieron un motivo extra por el cual alegrarse, ya que también fueron inaugurados los intramuros estudiantiles 2016, en donde los jóvenes podrán realizar la práctica de diferentes disciplinas deportivas. Entre ellas, fútbol y baloncesto, entre otros.
Actualmente, el INSA atiende a más de 5,000 alumnos desde tercer ciclo hasta bachillerato, en diferentes horarios; y aunque ha cambiado mucho en su infraestructura, el espíritu, amor y orgullo por haber sido parte de la institución, continúa en quienes han sido educados en el centro.