El Gobierno de El Salvador solicitó al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) un segundo estudio para analizar qué tipo de reforma de pensiones se podría implementar; ante lo cual el organismo multilateral sugirió crear una propuesta mediante una amplia consulta con diversos sectores y divulgar sus resultados entre la población.
Según el informe del BID, “el Gobierno ha solicitado que el Banco ejecute esta cooperación técnica. El país reconoce que los servicios de consultoría a ser financiados se beneficiarán de la experiencia del BID con el fin de proporcionar opciones para la sostenibilidad financiera de los esquemas de pensiones en muchos países de la región”.
El documento indicaba que la fecha de inicio requerido era para marzo 2016 y contemplaba un financiamiento de 305,000 dólares para ejecutar dicha cooperación. Lo curioso es que esta es la segunda cooperación técnica que estaría solicitando el Gobierno para la reforma de pensiones; siendo la primera la de 2013, con un financiamiento de 200,000 dólares para el BID para ejecutar el estudio. Sin embargo, Hacienda no presentó resultados de lo que el Banco presentó con esa primera petición. En 2013 se pidió un diagnóstico del sistema de pensiones del país por un monto de 200 mil dólares para la elaboración de la propuesta de la Reforma previsional. En octubre de 2015, el BID publicó en su sitio web un documento de cooperación técnica titulado “El Salvador. Fortalecimiento del Sistema de Pensiones Fase II”.
Este documento es diferente al de la solicitud del 2013 y detallaba que era una solicitud para “apoyar en el diseño de la herramienta actuarial para el análisis de los impactos de las propuestas de reforma al sistema de pensiones”.
Publicado en el sitio web del BID, está la “primera fase” de dicha solicitud, en donde está contemplado el financiamiento de 200 mil dólares.
No obstante, el sitio web del organismo multilateral contiene documentos de estudio a modernizar el sistema de pensiones desde el 2009, el problema es que el Estado no ha divulgado ninguno de estos informes o sus resultados.
Lo curioso del primer informe, de diciembre del 2014, es que señala que los resultados estarían listos para el 2016, y que se haría una presentación de esta propuesta en la Asamblea Legislativa; pero hasta la fecha, el Ministerio de Hacienda no ha mencionado nada sobre haber recibido un documento de esta índole.
Por otra parte, el segundo documento con fecha de 2016, establece que el BID “evaluará cuáles modelos pueden ser compatibles con las condiciones económicas y sociales del país, que no solo resuelvan o disminuyan la presión fiscal, sino también que traigan consigo un proceso de incorporación gradual para el aumento de la cobertura del sistema”.
El pasado 24 de febrero, Hacienda presentó a la Asamblea Legislativa una propuesta final de la reforma de pensiones, en donde establece cuál será el modelo a implementar (sistema mixto) y cómo se ejecutará; sin ninguna discusión técnica y sin hacer mención del estudio del BID.
Este último informe tiene dos componentes: el primero es el diseño de la herramienta actuarial para el análisis de los impactos de las propuestas de reforma al sistema de pensiones a ser consideradas. El segundo, está orientado en el “acompañamiento del Banco al Comité Técnico (presidido por la Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia) con la elaboración de una nota técnica para la implementación de un amplio proceso de comunicación de las reformas con los sectores involucrados”.
El primer componente costaría 180 mil dólares, mientras que el segundo 110 mil dólares; considerando 15 mil dólares para imprevistos; lo cual totaliza los 305 mil dólares. El documento enfatiza que, para el primer componente, se debe identificar qué modelo usar en base a “cuánto será el aporte fiscal del Gobierno, cuál será la participación de la sociedad y evaluar desde la perspectiva global, cuáles deben ser los beneficios que se pueden recibir en un nuevo sistema”.
El segundo análisis
El BID también determinó algunos riesgos que habría para la implementación de la cooperación técnica, detallando entre ellos “la baja capacidad institucional de varias agencias del gobierno, que pueden dificultar la implementación de reformas”. Además indica que hay “dificultades para lograr el consenso político necesario para la toma de decisiones de política pública; y resistencia a medidas pertinentes y desafíos de mediación entre intereses divergentes”.
Ese último riesgo está contemplado en el segundo componente con el que se busca entablar comunicación sobre la reforma con los sectores involucrados. “El éxito de una reforma de pensiones depende en gran medida de un diálogo y proceso de socialización con los diferentes actores; considerando la situación fiscal y previsional y la urgencia de enfrentarla. Es imprescindible establecer un diálogo social con participación de todos los sectores involucrados”, reitera el BID. Sin embargo, analistas y tanques de pensamiento han criticado que Hacienda presentó una reforma sin consultar con los sectores involucrados, calificando al decreto como “inconsulto”.
En el inciso de la “Descripción de las actividades y resultados” del informe “El Salvador. Fortalecimiento del Sistema de Pensiones Fase II”, se indica que “los recursos de esta Cooperación Técnica estarán destinados a apoyar al Gobierno en desarrollar la capacidad del Comité Técnico; para que brinde a las autoridades los insumos requeridos para evaluar alternativas de reforma destinadas a lograr una conducción coherente y sostenible, para lograr un mejor funcionamiento del sistema de pensiones”. Actualmente, la propuesta de reforma del Estado no contempla los factores mencionados en los informes del BID. En el primer documento, de diciembre de 2014, el Banco dice que el objetivo de la cooperación técnica es apoyar al Gobierno “en su esfuerzo para evaluar alternativas de reforma” que “permita garantizar la sostenibilidad financiera del sistema y el planteamiento de escenarios viables orientados a promover los requerimientos de una cobertura previsional mínima y el otorgamiento de beneficios dignos”.