Exigen justicia en entierro de víctimas de masacre

Invadidos de dolor e indignación, familiares y amigos dieron el último adiós a varios de los trabajadores asesinados

descripción de la imagen
Varios dejaron a sus hijos menores de edad en la orfandad. Foto EDH/ Archivo

Por Stanley Luna

2016-03-05 9:32:00

La indignación, el dolor  y la impotencia se hicieron presentes en los familiares y amigos  que este sábado despidieron a los trabajadores que fueron asesinados el jueves, en  el caserío  Las Flores, del cantón Agua Escondida, en San Juan Opico, La Libertad.

Estos sentimientos predominaron en siete entierros de las víctimas.

El pueblo de Cuisnahuat, en Sonsonate, se vistió de luto para despedir a los primos Erick Salvador Moisés Durán y Marvin Ivan Durán Santos, al igual que a Gerson Carlito Carías, quienes residían en la colonia Buena Vista, de ese municipio.

Un mar de personas se hizo presente para solidarizarse con la familia y a la vez para exigir justicia a las autoridades correspondientes, para que investiguen y den con los responsables del crimen. 

Los dolientes, lamentaron que teniendo buena referencia de las víctimas, a quienes describieron como personas trabajadoras y humildes, hayan sido asesinadas de esa forma.  

Un lugareño explicó que Cuisnahuat es un lugar libre de pandillas y  nunca ha  ocurrido un hecho de tal magnitud. 

Los tres cuerpos fueron trasladados al mismo tiempo al cementerio general de ese municipio. 

Algunos de estos jóvenes eran el sostén de sus familias y cuando no tenían un trabajo formal, dedicaban su tiempo a cultivar la tierra, acostumbraban cosechar maíz, contaron los parientes. 

Un amigo de una de las víctimas,  se quejó de que las autoridades no velen por los intereses de la población. 

En medio del dolor, cuestionó por qué el presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, se encuentra de viaje en Venezuela, cuando el país enfrenta una ola de violencia y de dolor. 

“Nosotros exigimos justicia. Si es posible que los quemen vivos (a los culpables)”, expresó a El Diario de Hoy, la familiar de otro de los trabajadores asesinados. 

El luto también envolvió a Santa Catarina Masahuat, siempre en Sonsonate,  donde fueron enterrados los restos de Nicolás Ascencio, quien vivía en el caserío El Porvenir, en el cantón Cuyuapa Arriba, de ese municipio.

Ascenio deja en la orfandad a cuatro menores de edad, un niño y tres niñas. Él tenía pocos días de haber iniciado el trabajo en la empresa de electricidad,  cuando fue ultimado, comentaron parientes. 

Entre sus sueños se encontraba saldar algunas deudas pendientes y comenzar a cosechar un terreno que hace poco había adquirido. 

Mientras que en Jayaque, La Libertad, también fue enterrado el cuerpo de Javier Abrego y el de dos trabajadores más. 

En la comunidad 3 de Mayo, en el barrio San Miguelito, en San Salvador, se realizaron las exequias de otras dos de las víctimas: Carlos López Rafael y José Alonso Hernández.