La reforma de pensiones deja como una incógnita de dónde saldrán los casi $600 millones anuales que se necesitarán para pagar a los jubilados de la Unidad de Pensiones del ISSS (UPISSS) y el Instituto Nacional de Pensiones de los Empleados Públicos (INPEP).
Mientras las intenciones del Gobierno solo se conocían a través de reuniones con el ministro de Hacienda, Carlos Cáceres, se mencionó la posibilidad de que el dinero del nuevo sistema mixto ayudaría a pagar las pensiones del anterior Sistema Público de Pensiones (SPP).
Sin embargo, el texto del decreto que ingresó en la Asamblea Legislativa hace diez días no menciona el financiamiento de la UPISSS y el INPEP por ningún lado.
De hecho, la reforma dice en su artículo 5 que “las cotizaciones en el régimen de reparto (Fondo Público) se destinarán al pago de los beneficios de los afiliados de este régimen”. Luego excluye a los cotizantes y pensionados del SPP al precisar que “ninguna persona podrá cotizar simultáneamente en el Sistema Mixto y el Sistema de Pensiones Público”, según dice el artículo 13.
Esto significa que una vez el Gobierno tome las cotizaciones y los ahorros de los trabajadores usará ese dinero solo para pagar la pensión mínima de aquellas personas que cotizaron a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) pero ya terminaron sus ahorros.
El segundo destino será la pensión mínima de quienes se empiecen a jubilar en el sistema mixto.
“Una de las mayores omisiones es cómo se va a financiar el sistema público de pensiones”, respondió el abogado del Comité de Trabajadores en Defensa de los Fondos de Pensiones (Comtradefop), Enrique Anaya, al ser consultado sobre este punto.
Él cree que es un error de omisión el no mencionar de dónde saldrá el dinero para estos jubilados. “Si no es un error, todavía es una causa de mayor preocupación”, añadió.
Mientras tanto el economista, Manuel Enrique Hinds, opinó que el decreto tiene esta omisión porque “el objetivo de la reforma es obtener efectivo para el gobierno, no es resolver los problemas de financiamiento del Sistema”.
El FOP no alcanzará
¿De dónde saldrá el dinero para pagar a los jubilados de la UPISSS y el INPEP? En teoría se seguirá utilizando el Fideicomiso de Obligaciones Previsionales (FOP), un mecanismo con el cual el Gobierno toma prestado dinero de los ahorros en las AFP.
Sin embargo, el FOP tendrá otro problema. Si la reforma reduce la recaudación anual de las AFP, habrá menos dinero disponible para prestarle al Gobierno.
Según estimaciones de la Asociación Salvadoreña de Administradoras de Fondos de Pensiones (Asafondos), si la reforma se hubiese hecho en 2015, unos $400 millones en cotizaciones se habrían quedado en manos del Gobierno. Solo $170 millones habrían entrado a las cuentas individuales de los trabajadores.
En este escenario Enrique Anaya consideró que la reforma se convierte en una “doble puñalada” a los trabajadores. “Les van a sacar el dinero del fondo patrimonial, más de la mitad… De lo que quede, hasta un 45 % va a estar obligado a seguir comprando CIP”, explicó.
Con las estimaciones de Anaya, los trabajadores de más altos ingresos que logren mantener ahorros en las AFP solo podrán obtener mayor rentabilidad con el 25 % de sus cuentas. El resto seguirá invirtiéndose en Certificados de Inversión Previsional (CIP) que emite el FOP a una tasa de interés inferior a la de mercado.
Aún si el FOP sigue funcionando, no podrá obtener los $600 millones que necesitará el Estado para pagar al SPP. Por ello el abogado de Comtradefop cree que se optará por buscar más préstamos.
Anaya recordó los ahorros que se saquen de los trabajadores no están en efectivo, sino en títulos de inversión, sobre todo el CIP. Estos títulos, según el artículo 77 de la reforma, se devolverán al FOP.
Como ese fideicomiso debe a los trabajadores $4,500 millones por los CIP, al recibir los certificados de regreso la deuda se anula. En una maniobra contable el Estado reduce su deuda y podrá seguir prestando en los mercados internacionales.
Esta opinión es compartida por el economista Manuel E. Hinds, quien dijo que “usted no debe tener dinero específico para pagar cada una de las cosas”. Eso significa que el Gobierno puede pedir un préstamo o aprobar más impuestos y de ahí obtener dinero para las pensiones del SPP.
De hecho, en la reciente petición de $1,200 millones en eurobonos el ministro Cáceres ya hace algo similar. Parte de ese dinero se usará para pagar las pensiones del Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (IPSFA), el cual quebró este año.
“Vender” los ahorros
Pero Manuel Hinds explicó otra posible forma de pagar las pensiones del SPP, una que no es mencionada por el decreto.
El economista mencionó que el FOP puede vender todos los títulos que reciba, los que permiten ganar una buena rentabilidad a los trabajadores e incluso los CIP, que pagan bajos intereses.
Con eso el FOP siempre conseguiría efectivo sin tener que sacar más dinero de las AFP porque estaría revendiendo las inversiones y ahorros que ya le quitó a los trabajadores.
De hecho, una transacción de este tipo ya se mencionaba como una atribución del Fideicomiso desde que se dieron a conocer las diapositivas del, en ese entonces llamado, Plan Cáceres en septiembre del año pasado.
En todo caso los $4,700 millones de ahorros que la reforma sacará no pueden utilizarse al mismo tiempo para pagar pensiones del sistema mixto y del SPP. Y si se anula la deuda del FOP, no se pagará nada en realidad.
Por eso Hinds consideró que al no especificarse cómo se pagarán las pensiones de la UPISSS y del INPEP, en realidad la reforma estaría dando origen a dos agujeros financieros.
De similar manera se expresó el abogado Enrique Anaya. “Este sistema no es capaz de generar reservas, solamente va a ir generando más deudas”, opinó.
Con la actual redacción de la reforma el representante de Comtradefop cree que “el sistema público estaría completamente desfinanciado, desconociéndose cuál es el mecanismo de financiamiento de esos $600 millones que se necesitan. No se sabe de dónde se van a sacar”.
En aspectos generales, la reforma está dejando en incertidumbre el pago de pensiones de ambos sistemas.
Por un lado, la reforma establece que el pago de pensión mínima dependerá de la disponibilidad de recursos del Estado. Por el otro, no explica de dónde se sacará el dinero para los jubilados de UPISSS e INPEP una vez empiece a funcionar el sistema mixto.
Este vacío refuerza las críticas de que en realidad el proyecto de decreto solo resuelve una urgencia fiscal del Gobierno, sin atender en realidad los problemas del sistema de pensiones.