De los 45 millones de dólares que según el gremio de los productores de caña de azúcar perdieron por distintos factores en esta última zafra, unos 18 millones fueron causados por el accionar de las pandillas, según denunciaron dirigentes de la gremial.
El presidente de la Federación de las Asociaciones de Productores de Caña de Azúcar Joel Bonilla explicó que en esta última zafra solo en extorsiones terminaron pagando 1.5 millones de dólares, sin contar los chantajes que no fueron denunciados por otros afectados por temor a ser víctimas de las pandillas.
En la zafra anterior pagaron más de 2 millones de dólares en extorsiones a las pandillas, una disminución considerable, según Bonilla.
Consideró que esa reducción en el pago de las extorsiones se debe a la efectividad de la Policía Rural, pero expresó sus dudas con respecto a la eliminación de la Subdirección de la Policía Rural, por lo que temen que los chantajes económicos se vuelvan a disparar.
Aseguró que si bien es cierto que las extorsiones bajaron, al menos las denuncias, pero se incrementaron las quemas de los cañales por parte de las pandillas por no dejarse extorsionar.
Bonilla dijo que no menos de 17 mil manzanas de cultivos de caña de azúcar, que todavía no estaban listas para ser procesada, han sido quemadas por esos grupos ilegales, en el último año.
“El 70 por ciento de la caña que se está moliendo actualmente viene de la quema delincuencial”, dijo Bonilla. Agregó que la situación del sector azucarero es crítica porque “nos están quemando, nos están extorsionando, sumados a las pérdidas por el efecto del cambio climático, el Niño nos afectó y los precios internacionales han bajado”.
La mayoría de las quemas se registraron en los departamentos de La Paz, San Vicente y Usulután; que son los lugares con las mayores extensiones de cultivo de caña.
Confirmó el cierre de operaciones durante cuatro días de un ingenio situado en Aguilares.
Denunciaron que la mayoría de las extorsiones de las que son víctimas sus agremiados son ordenadas desde los centros penales, sin que hasta el momento las autoridades hayan hecho algún esfuerzo por frenar las llamadas telefónicas desde las cárceles.
“A nosotros no llega el pandillero y nos pone el teléfono, el que habla es el jefe del pandillero, el que está guardado en los centros penales”, dijo Bonilla.
Añadió que es importante que las autoridades de Seguridad deben de controlar la comunicación de los reclusos hacia el exterior, porque sino seguirán expuestos a esas amenazas.
Bonilla rechazó la postura de los funcionarios de gobierno que plantearon la necesidad de tipificar como delito y sancionar a las personas que paguen las extorsiones a las pandillas, porque según ellos, están financiando la criminalidad.
Sin embargo, Bonilla aseguró que el problema, en el caso de los cañeros, “es del productor que ahí vive, y a medianoche quién por él, con sus hijos que van a la escuela del cantón, quien por él, a lo mejor no tiene dinero para pagar la extorsión, pero les paga de otra manera con comida o con leche”.
También denunciaron que no menos de siete de sus trabajadores han desaparecido en el último año y hasta el momento se desconocen sus paraderos. Advirtió que otros 85 milllones de dólares dejarían de entrar en divisas al país, debido a los cinco millones de quintales de azúcar que dejaran de producir y que no serán exportados a otros países.