Señor juez: Usted que llevó los casos CEL-ENEL y Flores Taiwán, me gustaría respondiera algunas preguntas. Lo hago porque hace unos días estuve conversando con Don Guillermo Sol Bang, con quien nos une una amistad desde hace ya varios años, y de la cual me siento muy orgulloso. Él me contó la angustia y presión sicológica a la que fue sometido por instituciones que deberían velar por la justicia e hicieron lo contrario.
Por curiosidad me puse a leer varios documentos, que poco a poco fueron atrapando mi atención, sobre un caso del que solo sabía lo que decían los diarios. Tanto llamó la atención que le pedí a mi amigo que me los prestara (recortes de prensa, transcripciones de los programas sabatinos, cartas, columnas mal intencionadas, la exposición del abogado Morales Joya, el Laudo de París completo), otros papeles y sus razonamientos como juez.
Después de leer con cuidado confieso que me indigné. Pero creo en la justicia divina, y además no permito que ningún sentimiento ruin afecte mi ser. Sin embargo, el día que fui a visitar a Juan Marcos Flores, usted sabe quién es, allá a la finquita (embargada) propiedad del ya fallecido amigo. Me costó contener las lágrimas, la ira y la impotencia.
Allí en ese lugar donde tantas veces nos encontramos con el hombre al que usted tanto daño le hizo injustamente (y usted lo sabe), para conversar, disfrutar de la naturaleza y de un buen café, solo había un arbolito recién sembrado sobre las cenizas de mi amigo. Un día se le hará justicia como el gran Presidente que fue.
Tuve que dejar pasar unos días y meditar mucho para poder hacerle con tranquilidad unas preguntas que ojalá usted pudiera contestar. En el caso CEL-ENEL puede usted explicar qué quiso decir con esta frase. “Dichas actuaciones (las de los acusados) no pueden ser consideradas como legales, no obstante exista una disposición legal que las avale”.
Disculpe señor Juez, ni el más profano en materia jurídica entendería semejante enredo. O sea que según usted ¿yo puedo violar la ley, aunque actúe dentro del marco del respeto a la ley? ¿Cómo es que usted calculó los embargos a los acusados con un informe de una empresa privada propiedad del ministro y amigo del expresidente que inició toda esta campaña de acusaciones en contra de personas honorables? ¿Por qué no exigió el peritaje que hizo la Corte de Cuentas? ¿Por qué hizo caso omiso del valúo de LaGeo que hizo la prestigiosa empresa Deutsche Bank, asesora financiera de LaGeo? Hay una enorme diferencia entre $155 millones y más de $2 mil millones. Este último fue un valúo en el que se utilizó un método totalmente antojadizo.
¿Cómo pudo acusar a personas honorables de peculado o de peculado a favor de terceros, si no se probó enriquecimiento ilícito ni de los acusados ni de terceros? ¿Cómo se puede aceptar que el Asocio Público Privado fue lesivo al Estado, cuando, gracias a ese Asocio, el Estado ganó más de $500 millones, en una empresa que producía pérdidas?
¿Cómo se puede aceptar que hubo una privatización encubierta cuando ni una sola acción, ni un solo centímetro cúbico de vapor, ni un tornillo de la CEL y menos el subsuelo fue vendido a ENEL? Aún así los acusados no fueron declarados inocentes. Por usted quedó manchado el honor de esas personas.
Y ahora lo más indignante ¿Cómo pudo agregar, utilizando razonamientos retorcidos, dos delitos al expresidente Flores sin ser usted fiscal?
¿Cómo pudo mandarlo a las bartolinas de la DAN, sabiendo la enfermedad que padecía y sin hacer peritaje médico alguno? ¿Por qué se negó a liberarlo en el momento en que se le dijo que lo hiciera y lo retuvo dos días más con las graves implicaciones que eso tuvo para su salud?
Esa muerte, la muerte de un inocente (usted lo sabe) pesará sobre su conciencia. Y, es más, todavía cuando ya se sabe que el dinero fue directo de Taiwán a ARENA y no hay documento alguno que diga que era para los damnificados del terremoto, todavía los desalmados quieren dejan en la calle a la viuda y a sus hijos.
Una última pregunta señor Juez. ¿Puede usted dormir tranquilamente? Y algo más: el Karma existe. En ciencias se llama ley de causa y efecto.
*Columnista de El Diario de Hoy