Respeto e igualdad para las mujeres

Cada pequeña acción que se realiza en favor de la educación de niños y hombres puede marcar una diferencia significativa en el desarrollo de las niñas y mujeres salvadoreñas.

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Dos jóvenes familiares de un policía fueron asesinados en Rosario de Mora.

/ Foto Por EDH/ Jorge Beltrán Luna

Por Erika Saldaña*

2016-03-13 6:20:00

El 8 de marzo recién pasado se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, una fecha significativa teniendo en consideración que a pesar de lo obvio (hombres y mujeres somos seres humanos y desde siempre debimos tener iguales derechos), la cultura machista arraigada desde siempre no nos ha permitido a las mujeres colocarnos  en una situación de paridad frente a los hombres. Y digo que la fecha es significativa porque nos permite hacer un alto en el día a día para reflexionar que falta mucho por hacer para equilibrar la balanza en favor de las mujeres salvadoreñas que viven en situación de violencia, desigualdad y falta de oportunidades.

En el desarrollo de la historia ha existido un avance en el reconocimiento de los derechos de las mujeres en la mayoría de países del mundo; desde la posibilidad de andar solas por la calle, hasta poder votar en elecciones y postularnos para cargos de elección popular, ahora las mujeres tenemos un rol más representativo en distintos ámbitos de la sociedad, los cuales antes eran considerados exclusivos de los hombres. Sin embargo, es difícil asimilar que las mujeres que tenemos abierto un mundo de posibilidades todavía somos consideradas “afortunadas”, pues existe un elevado número de mujeres que son víctimas de estereotipos y violencia física, psicológica y sexual. Estas mujeres no tienen la oportunidad de desarrollar su vida por ser mujeres; eso las obliga a quedarse en casa “porque las mujeres tienen que responsabilizarse de los hijos y los quehaceres del hogar”, llegar hasta cierto nivel máximo de escolaridad “porque para qué quieren aprender más”, hacerse cargo de los hijos solas, sacrificar la vida académica y laboral, sufrir acoso sexual en los lugares de trabajo y hasta en las calles.

En estos tiempos es necesario hablar y fomentar del empoderamiento de las mujeres, pero en una sociedad con raíces machistas como la nuestra debemos partir de lo básico, es decir del respeto e igualdad de oportunidades. Las mujeres somos más propensas a sufrir abusos de cualquier tipo en la calle; debemos empezar por cosas tan básicas como erradicar esa cultura de acoso callejero, pues todas las mujeres tenemos el derecho de poder andar tranquilas, sin el miedo a ser perseguidas o violadas; tenemos derecho a no ser humilladas o minimizadas nuestras opiniones solo por ser mujeres. Todos podemos colaborar para reducir el estado de desigualdad e irrespeto en el que se encuentran muchas mujeres en El Salvador. Cada pequeña acción que se realiza en favor de la educación de niños y hombres puede marcar una diferencia significativa en el desarrollo de las niñas y mujeres salvadoreñas.
 
¿Qué importancia tiene para el país que hombres y mujeres tengamos iguales oportunidades? No solo se trata de una cuestión de derechos fundamentales como miembros de la sociedad, sino que teniendo en cuenta que más de la mitad de la población somos mujeres, un verdadero desarrollo del país se impulsará en la medida en que todos sus individuos progresen en su vida. Las mujeres no pedimos concesiones o preferencias en el trato, sino que se nos den iguales oportunidades en todos los ámbitos para demostrar que somos igual de capaces que los hombres en el desempeño de cualquier tarea o labor.

El empoderamiento de las mujeres no solo nos corresponde a nosotras, una tratando de darle ánimos a otra. Se trata de una labor conjunta entre hombres y mujeres, la cual debe iniciar en el hogar con la educación a los niños sobre la igualdad y respeto a las niñas. Buena parte de la mujer que soy es porque tengo una mamá, tías, primas y amigas que sirven de ejemplo de esfuerzo y éxito en la vida. Pero también porque tengo un papá, hermanos, tíos, maestros, jefes y amigos que reconocen el valor de mi vida como mujer y siempre me han animado a trabajar en mis proyectos, respetan y aprecian mi opinión y la de las mujeres que los rodean. Desde el hogar, el trabajo y la calle podemos contribuir a cambiar el ambiente de desigualdad e irrespeto en el que viven muchas mujeres a diario.
 

*Columnista de El Diario de Hoy.