La Corte Internacional de Justicia (CIJ) rechazó hoy las objeciones presentadas por Colombia y se declaró competente para juzgar las dos demandas que Nicaragua interpuso en 2013 contra el país andino por el contencioso limítrofe en el mar Caribe, lo que supone un golpe para Bogotá.
El presidente de la CIJ, Ronny Abraham, leyó en la gran sala del alto tribunal de la ONU en La Haya las dos sentencias correspondientes a sendas demandas que planteó Managua contra Bogotá con pocos meses de diferencia.
Empezó rechazando una por una las cinco objeciones preliminares de Colombia, hasta declarar que tiene jurisdicción para juzgar la demanda que Nicaragua interpuso el 26 de noviembre de 2013, y lo hizo por catorce votos contra dos.
En ella Managua pidió a la CIJ que declare que Bogotá viola su obligación de no utilizar o no amenazar con el uso de la fuerza y de no violar las zonas marítimas nicaragüenses delimitadas por la corte el 19 de noviembre de 2012, así como sus derechos soberanos y su jurisdicción sobre estas zonas.
Aquel año la CIJ definió la frontera marítima única entre la plataforma continental y las zonas económicas exclusivas nicaragüense y colombiana dentro del límite de las 200 millas náuticas a partir de las líneas de base desde las cuales se mide la anchura del mar territorial de Nicaragua.
Los jueces dejaron bajo soberanía colombiana siete cayos del archipiélago de San Andrés, y a Nicaragua le otorgaron una franja marina en esa zona, que Colombia calcula en unos 75,000 kilómetros cuadrados y, el país centroamericano, en más de 90,000.
Tras un descanso de quince minutos, Abraham dejó claro que la CIJ también es competente para juzgar la segunda demanda de Nicaragua, del 16 de septiembre de 2013, en la que pide a la corte que le reconozca los derechos sobre una plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas.
En su demanda solicita a la CIJ, además, que indique los derechos y deberes de los dos Estados en relación con el área de pretensiones superpuestas y el uso de sus recursos hasta que se delimite con precisión la línea fronteriza.
El presidente del alto tribunal de la ONU explicó que, por unanimidad, los jueces interpretan que tienen jurisdicción sobre el caso sobre la base del artículo XXXI del Pacto de Bogotá.
Añadió que, con un empate de ocho a ocho y gracias al voto de calidad del presidente de la CIJ, el requerimiento de Nicaragua es, por lo tanto, admisible.
La CIJ rechaza así el argumento de Bogotá, que denunció el 27 de noviembre de 2012 el Pacto de Bogotá por el que aceptaba la jurisdicción de la CIJ y afirmaba que la renuncia “tuvo efecto inmediato” con respecto a la iniciación de nuevos procedimientos contra Colombia.
El artículo 56 dice que el pacto de Bogotá puede ser denunciado mediante aviso anticipado de un año, transcurrido el cual cesará en sus efectos para el demandante.
Nicaragua introdujo su procedimiento un año después, el 16 de septiembre de 2013, antes de que expirara el plazo de un año.
Las dos sentencias han sido acogidas por el agente de Bogotá ante la CIJ, Carlos Gustavo Arrieta, con “total sorpresa” y han sido consideradas “completamente injustificadas, al no ajustarse para nada a derecho”, señaló a los medios en La Haya.
La canciller colombiana, María Ángela Holguín, dijo en Bogotá: “No nos sentimos derrotados, lo que nos sentimos es que la corte está tomando unas decisiones de fondo trascendentales para los países, trascendentales para el Caribe, de una forma en que no es usual en la corte ni en ninguna corte del mundo”.
El descontento de Bogotá fue visible cuando el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció que su país “no seguirá compareciendo” ante La Haya para tratar el litigio marítimo porque considera que ese tribunal incurrió en “contradicciones” en los fallos emitidos hoy en La Haya.
Sobre decisión @CIJ_ICJ colombianos pueden estar seguros que nuestro país preservará hasta el último centímetro de nuestro territorio.
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) 17 de marzo de 2016
“Los temas bilaterales entre Nicaragua y Colombia no van a seguir sujetos a la decisión de un tercero y deberán abordarse mediante negociaciones directas entre las partes, de conformidad con el derecho internacional”, aseguró en un mensaje al país.
Por contra, el embajador de Nicaragua en Holanda, Carlos Argüello, se mostró satisfecho por el doble fallo a favor de Managua: El tribunal “aceptó que los dos casos son admisibles, así que estamos muy contentos”.
“Creo que la corte comprendió la necesidad de Nicaragua porque, si no aceptaba la jurisdicción, entonces simplemente iba a dejar ahí una disputa externa entre Colombia y Nicaragua”, recalcó.
Apuntó que, “si cesan los problemas en las áreas que pertenecen a Nicaragua, ese caso se podría solucionar pronto”.