A los transportistas de pasajeros internacionales, se les han incrementado los costos para el mantenimiento correctivo y preventivo de los autobuses, y como no pueden pasar de un país a otro les ha tocado pasar sus automotores por otras fronteras para que ingresen al país para el mantenimiento, lo que les genera mayores costos de operación en 30 %.
También han tenido que echar mano de más personal para que guíe a los turistas y les ayuden con el equipaje durante el transbordo. Además, han contratado más personal de mantenimiento para que esté en Guatemala.
“Esta problemática es con todos los empresarios de transporte”, alertó Jiménez.
Además lamentó la situación porque las operaciones de las empresas de transporte se han levantado a lo largo de una década ofreciendo calidad y comodidad.
“Los transportistas hemos invertido una buena cantidad de plata en tener autobuses a la vanguardia de la calidad mundial y sin embargo de nada sirve si los países no ponen la infraestructura”, dijo el empresario.
Descartó tener proyecciones de inversión y lo más probable que las cinco empresas a corto plazo, dentro de un mes, reduzcan operaciones un 20 %, decisión que ha sido motivada por la baja de turistas en vacaciones.
“Por un lado se ha reducido el volumen de turistas y por otro lado es difícil operar, en el caso de Pullmantur que tiene ocho autobuses diarios lo más probable es que bajemos a seis”, auguró.
Para el empresario las otras opciones en fronteras para viajar entre las capitales de Guatemala y El Salvador son las fronteras San Cristóbal y La Hachadura, y ambas fronteras están colapsadas por la cantidad de camiones y furgones de carga que no permiten el paso libre de los autobuses con los turistas, además que como trayecto son rutas más largas. Por lo anterior, el 80 % de las empresas de transporte entre ambos países han decidido seguir operando por las Chinamas aunque los autobuses no pasen con eficiencia.
La mayoría de las compañías han agregado unidades más pequeñas de transporte para movilizar a los turistas y su equipaje en el trayecto de 200 metros del puente y poder así pasar de un bus a otro; otras empresas no tienen autobuses simultáneos mientras se encuentran en frontera y pasan los turistas a pie con su equipaje por el puente o utilizan otras fronteras que llevan más tiempo de viaje.
“El costo más significativo está ahora en el transbordo que nos ha llevado a tener más equipo y personal para el traslado de los turistas y su equipaje de un lado al otro, además que al ser más tiempo, las unidades siguen consumiendo combustible”, afirmó Jiménez.
Para el empresario es lamentable y difícil de asimilar que los gobiernos de El Salvador y Guatemala no hayan podido resolver el problema de infraestructura del puente después de 2 años y medio de haber colapsado.
“Es común oír a bordo de las unidades a nuestros usuarios preguntar dónde quedo la Integración de Centroamérica, que ha hecho el SICA o la SIECA, qué han aportado los diputados del Parlamento Centroamericano”, finalizó.