De mal en peor, señores del gobierno

Los salvadoreños estamos cansados de la anarquía, de ser vistos como cualquier cosa, de ser juzgados en el exterior como referentes de sucesos negativos

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Residencial Tuscania apuesta por convertirse en un complejo urbanístico que integre diversos propósito.

/ Foto Por Archivo

Por José Roberto Miranda A.*

2016-03-21 8:57:00

Tristemente los salvadoreños vemos cómo la clase política en el poder está permitiendo que nuestro querido país se convierta en tierra de nadie. El partido de gobierno, después de casi siete años en el poder, se está graduando con honores poniendo en evidencia todo aquello que un grupo de políticos sin visión y con capacidad limitada pueden llegar a hacer. Ni son dos años, ni es nuevo gobierno, como ellos dicen. Son los mismos de siempre con las mismas ideas obtusas que nos están llevando del barranco al precipicio. En este periodo de tiempo están generando y/o permitiendo – que es lo mismo – más daño social y económico que el que hicieron en doce años de guerra, con la diferencia que en aquel entonces tenían un objetivo debatible. Ahora en el poder no tienen ninguno, más que el de enriquecerse. Y de paso, enterrar la ilusión, la esperanza y los deseos de superación de miles de salvadoreños en su propio país. 

La mayoría de la población los está calificando cada vez peor, y no solo los que no votaron por ellos, sino que muchos de los que genuinamente creyeron que el FMLN iba a representar un cambio positivo en busca de mayor equidad y justicia social. Pero lamentablemente, “mal paga el diablo a quien bien le sirve”. Sí ha existido un cambio, pero ha sido para empeorar con un grado de irresponsabilidad y cinismo nunca visto en gobiernos antecesores. Por ejemplo, con la inseguridad ciudadana al máximo nivel, hoy salen a la luz algunas de las prebendas que los huéspedes de Sodoma y Gomorra recibían en sus recintos. Indescriptible el sentir de todos al ver como miles de jóvenes salvadoreños, sobre todo los de origen más humilde, no pueden ni asistir a clases por el acecho de las pandillas. Mientras que ellos bien tranquilos han gozado de muchos beneficios que les ha permitido agruparse, fortalecerse y causar más daño a la sociedad.

Por otra parte, ante la pésima administración financiera que están haciendo y la inminente falta de recursos que tienen por esta razón, el gobierno quiere apropiarse de los ahorros de todos los trabajadores que durante años se han esforzado para obtener una pensión y así asegurar su vejez. Lo más paradójico es que ni los fondos de pensión de toda Centroamérica les alcanzarían para cubrir el gasto corriente, el clientelismo político y la nefasta corrupción que ronda alrededor de las élites cercanas al poder. Al menos ahora, gracias al valiente esfuerzo de organismos e instituciones como el IAIP, ALAC – FUNDE y la sección de Probidad de la CSJ entre otros, están ventilándose varios casos de posible corrupción que sin duda alguna mostrarán que los montos investigados solo representan la caja chica de millones de dólares malversados. 

Los salvadoreños estamos cansados de la anarquía, de ser vistos como cualquier cosa, de ser juzgados en el exterior como referentes de sucesos negativos. No podemos ni debemos permitir que unos pocos a cargo de todos nos lleven de encuentro. Hoy más que nunca debemos de poner el dedo en la llaga de todos los problemas que deben de resolverse y exigir soluciones a través de las instituciones responsables. Y no parar en el esfuerzo, será de ver quien se cansa primero. Los ciudadanos de bien en proponer y exigir soluciones, o el gobierno en seguir impávido y dejando de lado el clamor de la población. El reto es grande, pero uniendo esfuerzos y haciéndonos sentir podemos ayudar a cambiar el rumbo del país. El Salvador, vale la pena.

*Colaborador de El Diario de Hoy
@jrmirandasv