En su más reciente informe “Panorama Social de América Latina 2015”, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) destacó que las tasas de pobreza e indigencia medidas por ingresos se mantuvieron estables en América Latina en 2014 respecto al año anterior; situándose en 28.2 % y 11.8 % de la población de la región, respectivamente, pero ambas incrementaron en 2015.
Ante esto, la Comisión pide proteger los avances logrados en años recientes e impedir retrocesos sociales ante un escenario de menor crecimiento económico.
En términos absolutos, el número de personas en situación de pobreza creció en alrededor de dos millones en 2014 en comparación con 2013, alcanzando los 168 millones de personas, de los cuales 70 millones estaban en la indigencia, informó CEPAL.
De acuerdo con las proyecciones del organismo, en 2015 la tasa regional de pobreza habría aumentado a 29.2 % de los habitantes de la región (a 175 millones de personas) y la tasa de indigencia a 12.4 % (a 75 millones de personas).
El aumento de la cantidad de personas pobres constatado en 2014 se produjo básicamente entre los pobres no indigentes, y fue consecuencia de dispares resultados nacionales, elevándose en algunos países y disminuyendo en un número importante de ellos, explica el documento.
“Si queremos lograr el primer Objetivo de Desarrollo Sostenible, que llama a poner fin a la pobreza en todas sus formas, América Latina debe generar más empleos de calidad, con derechos y protección social, cautelar el salario mínimo y proteger el gasto social, que muestra una merma en su ritmo de crecimiento”, expuso Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL.
Agregó que “urge explorar nuevas fuentes y mecanismos fiscales de financiamiento que hagan sostenible la política social y los avances alcanzados en el último decenio”. Reiteró que entre 2002 y 2012 la pobreza se redujo 15.7 %. El incremento del gasto social como porcentaje del PIB (6.8 % entre 1991 y 2014) obedece en primer lugar al crecimiento del gasto en seguridad social y asistencia social (3.5 %), seguido de educación (1.9 %) y salud (1.5 %).
Según la Comisión, el 80 % de los ingresos totales de los hogares latinoamericanos provienen del trabajo. Por ello, el empleo de calidad, con derechos y protección social, “es la llave maestra para el eje de la integración social y económica, y mecanismo fundamental de construcción de autonomía, dignidad y ampliación de la ciudadanía”.