Una multitud de cubanos se congregaron el viernes para ver a los Rolling Stones en vivo y directo, en lo que se espera sea uno de los conciertos más impresionantes de la legendaria banda británica, con el cual cerrará su gira latinoamericana “Olé”.
Las calles fueron cortadas el jueves en las inmediaciones de la Ciudad Deportiva, el espacio al aire libre donde se instaló un escenario de metal y todo el equipo de audio del espectáculo, que será de acceso gratuito.
El público comenzó a llegar desde el amanecer a las inmediaciones del lugar portando gorras, botella de agua y luciendo sudaderas con la emblemática imagen de la boca roja de los Rolling.
“Yo crecí con los Beatles, con los Rolling, en los años 60 y 70, soy de esa época”, dijo emocionado Joaquín Ortiz, un custodio de 62 años. “Después del día de hoy me puedo morir”.
También llegaron al lugar muchos turistas que aprovecharon la ocasión para viajar a Cuba y ver a sus ídolos del rock.
Ken Smith, un marinero retirado de 59 años, y Paul Herold, de 65, navegaron a La Habana desde Key West, Florida, en el yate de este último.
“Este ha sido uno de mis sueños de toda la vida, venir a Cuba en mi velero,” manifestó Herold.
Según los organizadores, gran parte de la infraestructura se estrenará en Cuba, incluyendo 1.300 kilos de sonido, el más grande que se haya instalado en la nación caribeña.
“Es un sueño que toquen aquí, para los cubanos”, dijo emocionado a la AP el locutor radial y experto en música rock Juanito Camacho. “Va a gustarle a muchos jóvenes cubanos pero también satisfacer las añoranzas de las generaciones con más edad”.
Todo se transportó en 65 contenedores que durante casi un mes se desplegaron con decenas de obreros y técnicos, explicaron los organizadores. Además, se desplegarán siete pantallas gigantes.
Está previsto que el concierto dure unas dos horas y 15 minutos, pero no se descarta que pueda extenderse un poco más.
Muchas personas incluso de provincias del interior de la isla se comenzaron a congregar en las inmediaciones de la Ciudad Deportiva en espera de que se abrieran las puertas de acceso.
“Es muy importante. Un concierto de estas características nunca se ha visto en Cuba”, explicó a la AP el musicólogo Joaquín Borges. “Va a significar un puente para que otras agrupaciones de este rango vengan a hacer sus presentaciones.
Los Rolling Stones llegaron a Cuba la tarde del jueves en un vuelo privado y el propio Mick Jagger dio un pequeño saludo en español a sus seguidores antes de expresar en inglés su deseo de visitar la isla.
“Va a ser la última parada en esta gira y será un gran espectáculo”, prometió el cantante en el aeropuerto de La Habana. “Siempre es muy bueno estar por primera vez en un lugar”.
La visita es también una deuda pendiente en la isla, donde durante los años 70 la música de la banda fue silenciada, pues tanto sus canciones como su estética eran consideradas como una expresión de las sociedades capitalistas y decadentes de occidentes.
Sin embargo, los cubanos se las ingeniaron para escuchar sus discos de vinilo pasados de mano en mano.
En los años 80 ese contexto cambió, pero la agrupación nunca había tocado en vivo en la isla.
Los Rolling vienen de realizar masivas presentaciones en Brasil, México, Argentina y Chile.