La Santa Síndone (Sábana en griego), ¿fue la mortaja de Jesús?
Esta venerada Sábana es el hallazgo arqueológico más estudiado del mundo. Científicos la investigan desde hace más de cien años, siendo la reliquia más valiosa de la Cristiandad.
Se puede remontar perfectamente a la época de Jesús: en Antinoe (Alto Egipto, principios del siglo II d.C.) donde se han encontrado tejidos análogos.
A causa de un incendio sucedido entre el 3 y 4 de diciembre de 1532, la Sábana pudo haberse destruido al dañarse el relicario de madera recubierto de plata donde se conservaba doblada, en la Chapelle del Castillo de Chambéry, capital del Ducado de Saboya entonces. Este incendio causó la aparición de dos líneas oscuras en la Síndone en sentido longitudinal, y agujeros simétricos, que fueron recubiertos con parches por las monjas Clarisas de Chambéry en 1534, quienes, además, cosieron a la reliquia una tela holandesa de soporte. En 2002 se quitaron todos estos remiendos, y se sustituyó la tela holandesa con una nueva tela.
En la Sábana se distingue levemente, entre las dos líneas oscuras, la imagen frontal y dorsal, (punteada por manchas de sangre), de un cuerpo humano.
Las primeras investigaciones científicas sobre la Síndone fueron hechas a raíz de la primera fotografía tomada a la reliquia en 1898. El negativo fotográfico obtenido de la Sábana reveló un positivo, (o sea al revés de lo que se ve en un negativo usualmente) haciendo que en ese negativo aparecieran todos sus detalles como en una perfecta fotografía.
En la Síndone se han identificado algunas partículas de aloe y mirra, sobre todo en las zonas manchadas de sangre y también partículas terrosas en las zonas correspondientes a la punta de la nariz y la rodilla izquierda. Se hallaron igualmente, características peculiares de radiación ultravioleta.
La prueba que suscitara más controversia fue la de radiocarbono. Esta prueba, realizada en 1988 con el método del 14C, fechaba su elaboración entre el 1260 y el 1390 d.C. No obstante se sabe que moho, hongos, humo de velas, sudor, incendios, agua, y restauraciones pueden haber alterado notablemente el lino, comprometiendo la validez de esa prueba.
Por esa duda causada por la prueba 14C acerca de la veracidad de la Síndone, vale defender con lógica su autenticidad, cuando ya en 1532, en que sufrió quemaduras por incendio, era resguardaba como la mortaja de Cristo, entonces es ridículo concebirla como una creación de un negativo de fotografía sobre una tela, para que el día que se descubriera la cámara fotográfica (siglos después) apareciera en ese momento el positivo de aquel negativo.
Está científicamente comprobado que la Síndone envolvió el cuerpo de un hombre que fue cruelmente flagelado; sus heridas de cabeza provocadas por un casco de espinas; sus hombros marcados por huella dejada por el madero horizontal de una cruz; sus rodillas estriadas, accidentadas; su rostro con protuberancias causadas por golpes e impactos del terreno por caídas; su espalda despiadadamente desgarrada por azotes; sus muñecas y pies traspasados por clavos; su costado atravesado por una lanza; su cuerpo desnudo y sin lavar, que fuera depositado en esta sábana que marcó la parte dorsal y pasando sobre la cabeza, cubrió todo el frente hasta los pies.
Los relatos evangélicos de la crucifixión y muerte de Jesús, coincidentes totalmente con lo descrito, sumados a nuestra fe cristiana, dan validez para confirmar que ese hombre fue Jesús.
Este día celebramos su Resurrección, ¡base de nuestra fe!
*Columnista de El Diario de Hoy.