Carla Vila nació en la capital salvadoreña el 25 de septiembre de 1975. Le bautizaron como Carla Villacorta. Y aunque en su tierra natal consiguió graduarse de arquitecto, sus aspiraciones profesionales estaban dominadas por las artes. Tenía 5 años cuando tropezó en la Florida con las musas artísticas. Pero fue en París, a principios del siglo XXI, donde se cruzó con la actuación y se propuso conquistar el cine.
A sus 41 años, esta nativa de Libra, vive del arte. Y si bien el cine fue su sueño secreto desde muy joven, en 2016 se ha convertido en una talentosa salvadoreña que pisa fuerte en la industria televisiva estadounidense.
¿Cómo lograste entrar a la industria audiovisual estadounidense, que entiendo es difícil y absorbente?
Un amigo que conocí en una escuela de cine en Los Ángeles me recomendó con su agente. Fui a la entrevista y en seguida me aceptaron en la agencia. Esta ofreció representarme en trabajo de modelaje, publicidad, cine y televisión. Al cabo de tres años de trabajar en anuncios y modelaje, obtuve mi primer trabajo de televisión que fue E.R. Esa serie me permitió formar parte del Sindicato de Actores de Cine (SAG) que es requerimiento para poder participar en producciones principales bajo contrato. Lo mas difícil para un actor en Hollywood es lidiar con el rechazo. Se tiene que asistir a muchos castings, semanalmente (o diariamente si es un periodo ocupado) y a veces no consigues el rol. Es parecido a la vida de un atleta, hay que practicar muchísimo para lograr un tan solo “gol”. Sin embargo, cuando se adquiere, es muy gratificante y motivador.
Carla migró a Florida con su madre Blanca Luz Díaz, quien buscaba obtener una maestría en Ingeniería Agronómica. Junto a ella vivió su infancia y parte de su adolescencia en un pueblo pequeñito llamado Live Oak, antes de volver a tierras cuscatlecas. Durante 10 años, recibió educación básica impregnada de formación artística. “ Mi tiempo en Live Oak fue muy significativo. Mi escuela tenía programas de artes plásticas y dramáticas excelentes, en los que descubrí y exploré mi fascinación por el mundo de la creatividad. Tiempo después regresé a EE.UU. (Los Ángeles) después de haber vivido en Francia durante 5 años, para cimentar una carrera de actriz en el cine”.
El reto más grande que Carla ha enfrentado es el de todo inmigrante que llega a un nuevo país buscando oportunidades: estar lejos de la familia y de su cultura, hablar un segundo idioma, hacer nuevos amigos y aprender a desenvolverse. Pero Carla lo venció.
Su lucha por conquistar el séptimo arte inició en Francia, donde tuvo la oportunidad de introducirse en el cine independiente con proyectos como, “Alea”, “Blanc” y “I Want You”, entre otros. En EE.UU., ha trabajado principalmente en programas de TV: “E.R”, “Grey’s Anatomy”, “Southland”, la telenovela “Days Of Our Lives”, en la segunda temporada de “True Detective” y aparece en la serie “American Crime Story: The People v. O.J. Simpson”.
Por el momento no se ha aventurado en la producción o dirección, pero “no descarto la posibilidad de hacerlo en un futuro y de hecho, existe la intención de desarrollar un documental acerca de la inmigración de salvadoreños a EE.UU.”, en los 80.
¿De todos los papeles que has hecho, cuál o cuáles son importantes para ti y por qué?
Todos los personajes de alguna manera son importantes, pues me enseñan algo acerca de una vida y circunstancias ajenas a la mía y de su propia humanidad. Pero si tuviera que escoger, diría que el primer rol que obtuve en EE.UU., porque fue el comienzo de una nueva etapa para mí en cuanto a mi carrera. Asimismo, mi personaje de Danielle Delvayo en “True Detective” me permitió trabajar con profesionales como Nic Pizzolatto, John Crowley y Rachel McAdams, a quienes he respetado desde hace mucho tiempo.
Has tenido la oportunidad de conocer artistas como Cuba Gooding Jr. y John Travolta. ¿Qué impresión te han dejado? ¿Cómo los calificarías profesional y personalmente?
Cuba Gooding Jr. es un sol en el set. Trae consigo una energía alegre, positiva y aborda su trabajo con una disposición muy abierta y profesional. A través de los años, he admirado mucho su dedicación y talento, al igual que John Travolta. Son grandes actores que saben tomar riesgos en sus interpretaciones y dar vida a sus personajes con franqueza y espontaneidad.
¿Qué significó para ti ser parte de la serie “American Crime Story”?
Cuando ocurrió el escándalo de O.J. yo estaba en la universidad y seguía toda la cobertura cada día por televisión. Me acuerdo haber visto la persecución del carro Bronco en las carreteras de Los Ángeles. Era fascinante ver cómo se desarrollaba el escándalo. Y ahora, 20 años después, formar parte de una producción basada en la vida real con grandes actores ha sido maravilloso. El libreto es impresionante, puesto que toca temas sobre cómo funcionan el sistema legal, judicial y el racismo, que aún son relevantes en la actualidad en los EE.UU.
¿Y tu experiencia en “True Detective”?
El creador de la serie Nic Pizzolatto había adquirido mucha notoriedad con la primera temporada. La serie es oscura y realista en estilo. Como actriz, me llamó mucho la atención el aspecto crudo de sus personajes que anhelan redención y el formar parte de ese mundo místico que constatamos en “True Detective”. Tuve la fortuna de trabajar muy de cerca con Rachel McAdams, cuyo trabajo he respetado y admirado por muchos años. Pude observar su dedicación y estudiar su proceso durante el set. Aprendí muchísimo al colaborar con los distintos directores de cada episodio. Fue una tremenda oportunidad.
Southland es una serie muy fuerte. ¿Qué tan real es para ti?
Bastante. Southland es de las primeras series en cable que representan a la comunidad en Los Ángeles por su diversidad cultural. El estilo de la serie es muy realista. Al director Nelson McCormick le gusta que sus actores utilicen la improvisación para suscitar naturalidad en las interacciones y de hecho parte de mi diálogo fue improvisado a ultimo minuto.
¿ Admiras a alguien en particular?
Siempre he admirado a Naomi Watts. Además de su enorme talento y versatilidad, ha sabido llevar su profesión con mucha integridad. Benicio del Toro es otro brillante actor, por su naturaleza instintiva y profundidad emocional.
¿Cómo logras equilibrar tu vida profesional con la familiar y personal?
Es un constante reto, pero algo que se debe hacer conscientemente. En buen salvadoreño: “Hay que afilar el hacha.” Es necesario hacer tiempo para uno, ya sea tomar un paseo, una taza de café, ir a ver una obra de teatro, pintar, compartir con la familia y amigos; son cosas que valoro muchísimo y recargan mi espíritu en lo personal y en lo artístico. Tengo la bendición además de contar con el cariño y sostén de mis seres queridos, que sin eso todo fuera mucho más difícil.
Háblanos de tus proyectos a corto, mediano y largo plazo?
Siendo actriz me cuesta pensar en esos términos. El carácter de esta industria es tan cambiante que tu vida puede modificarse de la noche a la mañana. Trato de vivir en el presente. Sin embargo, quiero seguir siendo parte de proyectos cinematográficos que me maravillen. Quiero contar historias maravillosas e interpretar roles que me presenten un reto. Y quiero participar en proyectos que ayuden a fomentar nuestra identidad cultural Salvadoreña.
¿Has visitado El Salvador recientemente? ¿A dónde vive tu familia? ¿Háblame de tu relación con nuestro país?
Tuve la oportunidad de visitar El Salvador hace dos años. Tengo familia en El Salvador y en otras partes del mundo: Guatemala, Australia, Francia, Inglaterra, Estados Unidos. Amo a mi país y sobretodo a mi gente. El alma del salvadoreño es cálida y el sentido del humor es único. Hemos pasado una serie de dificultades de las que no cualquier país puede recuperarse tan fácilmente. Sin embargo, en El Salvador siempre existe un ímpetu de reconstruir y seguir adelante a pesar de las adversidades. Es una cualidad de la que hay que enorgullecerse.
Actualmente, muchos jóvenes salvadoreños luchan por edificar una sólida industria cinematográfica en El Salvador, ¿qué les dirías para motivarlos a continuar con sus esfuerzos?
Que sus esfuerzos son sumamente admirables. Ellos están sembrando semillas y cultivando cultura artística salvadoreña. El hecho de no importarlo de otro país, sino de entablar su propia voz y establecer una comunidad de actores, directores, escritores me parece muy noble. Es una época muy emocionante en donde hay tanto que construir y ellos lo están haciendo poco a poco.
¿Consideras que es importante el apoyo gubernamental y empresarial para estos jóvenes pioneros del cine nacional?
Es muy importante para el bienestar social y cultural. Cuando tienes una disciplina artística como medio de expresión, mejora tu calidad de vida. Al incorporar el arte como parte del currículo escolar o en proyectos privados y gubernamentales, se instauran nuevas avenidas hacia formas de pensar mas creativas y orientadas a la innovación. Realmente se necesita crear arte que refleje y honre nuestra cultura, para sentirnos inspirados y orgullosos de ser salvadoreños.