España y Latinoamérica “andan mucho menos mal que en el pasado” y, por lo tanto, “hay razones para el optimismo” a pesar de “los serios desafíos” del presente, aseguró ayer en España el escritor peruano Mario Vargas Llosa, en el seminario “Vargas Llosa: cultura, ideas y libertad”, organizado en la Casa de América.
El seminario de dos días de duración reúne a políticos y pensadores europeos y latinoamericanos.
Durante su intervención, Vargas Llosa defendió la idea de que en Europa, en concreto España, y en Latinoamérica, “el mundo está mejor aunque anden muchas cosas mal”. Pero señaló que “hay menos cosas malas que en el pasado y, en ese amplio ámbito que es el mundo en lengua española, las cosas andan bien en muchos sentidos”.
En este caso, el Nobel de Literatura resaltó que uno de los grandes problemas de Latinoamérica, las dictaduras militares, “prácticamente ha desaparecido”, pero “aún queda una anacrónica en Cuba, pero parece que empieza a desmoronarse. Nadie informado puede creer que el marxismo-leninismo es la solución para los problemas de un país”.
Exdirigentes latinoamericanos como Álvaro Uribe o Sebastián Piñera, y españoles como José Maria Aznar y Felipe González alabaron el compromiso con la libertad de Vargas Llosa y lanzaron un mensaje de advertencia contra los peligros del populismo.
El expresidente chileno Sebastián Piñera (2010-2014) aseguró que actualmente Latinoamérica vive un “periodo de peligro para la libertad y la democracia”, en parte, porque las democracias “no han sabido cumplir con sus deberes y responsabilidades”.
“Democracia no es decir siempre lo que el mundo quiere escuchar” con tal de ganar elecciones, declaró Piñera, quien añadió que el populismo va en contra de la libertad.
Por su parte, el expresidente de Uruguay (1990-1995), Luis Alberto Lacalle, también reivindicó la importancia de los partidos políticos, que “tienen que sobrevivir” y hacer frente a otros centros de poder del populismo, entre los que identificó a las redes sociales o los sindicatos.
En esta línea de reflexión sobre los problemas de la región, el expresidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010) aseguró que en América Latina la división no debería ser entre izquierda y derecha, sino entre “democracias progresistas y democracias regresivas”.
Para Uribe, que pidió al escritor peruano que siga siendo “un faro de creatividad y de lucha por la libertad”, América Latina tiene un futuro lleno de posibilidades pero también “muchos retos”, como la pobreza o la falta de oportunidades para los jóvenes, dos cuestiones que pasan por la colaboración entre el sector público y el privado.
Tanto Uribe como su predecesor, Andrés Pastrana (1998-2002), dedicaron gran parte de su discurso a criticar la “impunidad abierta” que negocia el Ejecutivo de Juan Manuel Santos con las FARC y criticaron las conexiones de esta guerrilla con Cuba y el chavismo de Venezuela.
Vargas Llosa defendió que la democracia “se va abriendo camino difícilmente” aún existiendo “problemas gravísimos” como el de la corrupción.
Este problema, indicó, “afecta por igual a países pobres y ricos, democracias nuevas y primerizas, es carísimo y tiene muchos efectos nocivos, pero el mayor es el desencanto, el desaliento en quienes habían creído en la democracia y ven que solo sirven a algunos para enriquecerse o alcanzar impunidades en sus fechorías”. -AGENCIAS