Hace unos cuantos días, trascendió un video en el que presuntos pandilleros, en representación de las principales pandillas que operan en el país, anunciaron que sus agrupaciones reducirían la cantidad de homicidios perpetrados, con la finalidad de demostrarle al gobierno que no es necesario que implemente medidas extraordinarias. Esto, sin embargo, es inconsistente con la forma en que las pandillas han manejado su interacción con el gobierno y se asemeja más a cuando el oficialismo encubrió su negociación cabecillas pandilleros, con un discurso en extremo represivo.
Es necesario mantener siempre en mente que la violencia, gracias a “la tregua”, es ahora una moneda de cambio utilizada por las pandillas para recalibrar su posición en su interacción con el Estado. Bajo esta dinámica, la cantidad de homicidios se ha mantenido elevada. Las pandillas, a pesar que sus principales cabecillas están en el presidio de mayor seguridad y que sus encuentros con la policía siempre terminan con pandilleros muertos, han permanecido inamovibles en su decisión de mantener los homicidios elevados. Los asesinatos son su as bajo la manga, su forma de manipular a las autoridades.
Resulta poco creíble que ahora, las pandillas muestren debilidad de manera tan pública, prometiendo disminuir el número de homicidios ante la posible implementación de medidas extraordinarias. Bajo la mecánica que han operado durante los últimos años, el anuncio del gobierno hubiese provocado subir un decibel en el nivel de violencia. Esta es la lógica del juego de contra-posturas que se desarrolló en el contexto de su interacción extorsiva con el Estado.
La implementación tácticamente adecuada de medidas extraordinarias tendría que haber sido sorpresiva, para asegurar que su impacto fuese máximo y evitar que las pandillas tuviesen la oportunidad para reaccionar. Bajo la dinámica antes descrita, la reacción pandillera hubiese sido incrementar la cantidad de hechos violentos. Anunciar la ejecución de medidas extraordinarias antes de implementarlas, por lo tanto, es un error táctico que el gobierno, en teoría, asumió por gozar de un diminuto instante de la simpatía de la ciudadanía.
El atípico anuncio hecho por presuntos pandilleros, no obstante, hace dudar que este aparente error fuese consecuencia de ineptitud y, en realidad, sea una estratagema similar a la empleada por Munguía Payés cuando el Estado negoció con pandilleros mientras proyectaba un combate frontal con la delincuencia. Es importante no olvidar que mientras el gobierno creó unidades como la Subdirección Antipandillas y la Subdirección Antiextorsiones, la negociación con los cabecillas pandilleros estuvo en su apogeo.
Hasta el momento en que terminé de escribir este artículo, las autoridades aún no habían anunciado las medidas extraordinarias que pretende implementar (después de haber hecho pública que estaban planificándolas antes de las vacaciones de Semana Santa). El fondo y la forma de las medidas que serán explicadas por las autoridades son importantes para determinar ante qué situación estamos los salvadoreños. Es necesario analizar detenidamente los detalles de las medidas y el discurso empleado por los funcionarios y voceros encargados de difundirlas.
Antes de conocerlas, sin embargo, es relevante señalar que para que sus efectos sean sostenibles en el tiempo, colectivamente deben de contemplar acciones tácticas y estratégicas. Si el paquete de medidas no incluye cambios radicales en la conducción y configuración del aparato de seguridad, por ejemplo, lo más probable es que no exista una intención genuina de resolver el problema más allá de solo aparentar que se está haciendo algo por controlar la crisis. Hay otros elementos, igual de importantes que este, que se deben de tomar en cuenta al evaluar el anuncio de las autoridades.
*Criminólogo
@cponce_sv