La Casa de la Cultura de Ahuachapán realizó el vigésimo séptimo concurso de alfombras, elaboradas el Viernes Santo, cuando se realiza el Santo Entierro.
Fueron más de 100 creaciones las que participaron en dicha actividad, que se ha vuelto tradición en la cabecera departamental.
En la categoría “particulares”, el primer lugar fue para la familia Herrera; el segundo premio se lo agenció la Renovación Carismática; y el tercero, la familia Flores.
En la categoría de “barrios y colonias”, el primer premio fue para el barrio Santa Cruz; el segundo para la juventud de la misma comunidad; y el tercer lugar para la colonia Magaña.
En la categoría de “instituciones educativas” los ganadores fueron los colegios Lourdes, Montecarmelo y Josefino, que se agenciaron el primero, segundo, y tercer lugar, respectivamente.
Dichas alfombras se realizaron en el área urbana.
En la categoría “única”, realizada en el cantón Llano de Doña María, el primero lugar fue para Eva María Vásquez de Castañeda; el segundo fue para Manuel Coceré; y el tercer lugar se lo agenció Oswaldo Vladimir Blanco.
El jurado calificador tomó como base para seleccionar a los ganadores, el mensaje, el material utilizado para la elaboración de cada alfombra, y la creatividad.
Gratificación
Los premios consisten en la entrega de trofeos y diplomas. Estos serán proporcionados a los ganadores el 3 de mayo, cuando la Casa de la Cultura celebre el Día de la Cruz.
Dicho acto se realizará en su sede, ubicada en la 2a. Avenida Sur, entre Calle Gerardo Barrios Poniente y 2a. Calle Poniente, en Ahuachapán.
El coordinador departamental de las Casas de la Cultura de Ahuachapán, Walter Elías, expresó que el concurso se organiza para incentivar el entusiasmo de los vecinos, que desde muy temprano inician la elaboración de cada una de las alfombras.
Para Carolina Hernández, de 61 años, la elaboración de las alfombras es una tradición que no se debe perder porque forma parte del agradecimiento a Jesús por su pasión, muerte, y resurrección.
Aunque la sexagenaria recordó que cuando era pequeña, las alfombras eran menos complejas que las actuales, se siente feliz de que la tradición se mantenga.
“Ahora los dibujos que forman parte de las alfombras son más reales y eso evidencia la entrega que tienen las personas, muchas de ellas jóvenes, por hacer estas obras de arte”, reflexionó la señora.