MADRID. Mario Vargas Llosa (Nobel de Literatura 2010) y Orhan Pamuk (escritor turco, Premio Nobel de Literatura 2006) criticaron fuertemente a la Unión Europea por su política y actitud hacia los refugiados e inmigrantes, durante el encuentro que mantuvieron ayer en Madrid, en el seminario internacional que celebra el 80º cumpleaños del escritor peruano.
“El problema de los refugiados tiene que ver fundamentalmente con viejos prejuicios que han resucitado en Europa, incluso entre los sectores más liberales. Es una pena, pero son prejuicios que hay que combatir con argumentos muy sólidos”, señaló Vargas Llosa.
“Los inmigrantes no vienen a quitar el trabajo a nadie -argumentó el nobel peruano-; son absolutamente indispensables para que los países europeos puedan tener sus altísimos niveles de vida”.
Vargas Llosa considera que las fronteras se “deberían abrir a la inmigración sin complejos”, porque la inmigración “no es tonta” y va “donde piensan que hay trabajo”. “Es una pelea que hay que dar -insistió- porque los viejos demonios están resucitando”.
No obstante, el autor de “La tía Julia y el escribidor” reconoció que es “pesimista” porque en Europa se están levantando unas “murallas” que creía que ya “no existían”.
En esta misma línea se manifestó el nobel turco Orhan Pamuk, quien fue muy contundente a la hora de afirmar que se le había “roto el corazón” en estos últimos meses: “Creía que había grandes líderes en la UE, y esto me indica que no hay un centro, que no hay un liderazgo”.
“Estoy un poco enfadado con los líderes europeos, incluyendo a Merkel. Reunión tras reunión, pero sin ningún resultado, y nadie ha buscado la solución, quieren crear un muro y que lo hagamos los turcos, quieren que mi país sea un filtro”, añadió.
Pamuk también explicó que en su país la libertad de expresión en los últimos dos años se ha “menoscabado”, una situación que a los líderes europeos no les “preocupa”. “Solo quieren una buena relación con el gobierno turco porque quieren que este haga el trabajo sucio”, dijo.
“La ironía es que le está diciendo a los turcos que sean el filtro de los musulmanes para Europa, y esto es peliagudo”, puntualizó.
Los dos escritores mantuvieron un diálogo, moderado por la editora de Alfaguara, Pilar Reyes, y también dieron toda una lección sobre literatura, sus inicios y la construcción de sus novelas.
Ambos coincidieron en reconocer que desde muy jóvenes se empeñaron en ser “grandes escritores”; a pesar de que Mario Vargas Llosa nunca pensó que tenía “talento” para la literatura y que todo tenía que ser a fuerza de trabajo.
Pero reconoció que fue el francés Gustave Flaubert quien le enseñó que con la perseverancia también podía convertirse en un gran autor: “No hubiera sido el escritor que soy sin la experiencia de Flaubert, me leí toda su obra y también la correspondencia y esto me ayudó enormemente porque me desmoralizaba darme cuenta que yo no era un genio, que no tenía facilidad para escribir”.
“Con trabajo, insistencia y perseverancia uno puede generar un sucedáneo a ese genio que no tiene”, recalcó.
Mientras, el autor de “Estambul” relató que se “autoimpuso la obligación de ser un gran novelista”.
Sin embargo, algo que los diferencia a ambos, como quedó claro hoy, es la necesidad, o no, de salir de sus países para el desarrollo de su creatividad literaria.
En este sentido, Pamuk confesó que nunca ha tenido que salir de su Estambul natal, mientras que Vargas Llosa se hizo escritor en París, donde también empezó a conocer a los escritores latinoamericanos que no había leído hasta entonces porque los consideraba algo “pueblerinos”.
“Yo no necesitaba irme para ser escritor porque estaba muy ocupado con Estambul, ya que ahí tenía bibliotecas y capas y capas de civilizaciones”, expresó el autor de “Nieve”.
La intervención de los dos nobel pone fin al seminario internacional “Vargas Llosa: Cultura, ideas y libertad”, organizado por la Fundación Internacional por la Libertad, la Cátedra Vargas Llosa y la Casa de América para festejar los 80 años del escritor peruano.