Armas viejas por nuevas. Los facilitadores de la tregua dieron a los pandilleros armas nuevas por las 231 que ellos entregaron en dos actividades distintas, una frente a la Catedral Metropolitana en San Salvador, en presencia del secretario general de la Organización de Estados Americanos OEA, José Miguel Insulza.
Mujeres y fiestas. En el juicio, un testigo contó que los facilitadores autorizaron el ingreso de mujeres a los penales como parte del entretenimiento a los pandilleros. También, según relataron otros, se permitió la realización de fiestas que fueron amenizadas por grupos musicales de renombre en el país.
Más de 300 celulares por penal. Según relataron los testigos, los reos tuvieron el “permiso” de introducir esa cantidad de celulares a los penales.
Ingreso de comida rápida. En los penales, los reos podían ordenar comida rápida a domicilio la que llegaba y entraba al recinto sin ningún tipo de problema, eso lo aprovechaban para introducir otros ilícitos.
Visitas de familiares sin ninguna restricción. Otro de los beneficios que se logró, según relataron testigos es que se facilitó el ingreso de familiares sin restricción del número que podría entrar y sin importar parentesco con el reo. Además podían tener relaciones íntimas con mujeres distintas a sus parejas.
Ofrecimiento de cargos públicos a los pandilleros. En el juicio también se dijo que aquellos mareros que lograran sustraer los duis de quienes mostraran clara preferencia por el partido ARENA, les apoyarían para que obtuvieran cargos públicos.