El Salvador tiene 10 años de experimentar un continuo deterioro en las principales indicadores o ranking internacionales, que miden su progreso económico.
Según lo indicó el analista del Departamento de Estudios Económicos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), Pedro Argumedo, al hacer la comparación con los indicadores de hace una década, en términos de competitividad global, de clima para hacer negocios y de libertades económicas, “por donde uno lo vea, el país tiene el mismo diagnóstico, se han deteriorado sus indicadores de manera sistemática”, dijo.
Y aunque diferentes funcionarios del Gobierno salvadoreño mantengan un discurso de que ahora hay un mejor panorama económico y presuman avances en diversos indicadores; los reportes que emiten entidades como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, demuestran que el país ha caído en los rankings que miden los requerimientos básicos necesarios para que exista mayor inversión y competitividad.
“La tabla nos dice que el país ha pasado por un retroceso sistemático, es decir, no solamente el clima de hacer negocios se ha deteriorado o que en términos de competitividad hemos retrocedido, sino que ya es un problema integral”, advirtió el experto en la materia.
En reiteradas ocasiones el sector privado ha hecho énfasis en que el país tiene complicado el clima para hacer negocios, no solo por la exhorbitante burocracia y tramitología, sino porque además existe una constante confrontación entre el Gobierno y el sector privado, lo que se traduce en que los inversionistas no perciban estabilidad jurídica para traer sus inversiones.
Pese a que existe un ligero avance en algunos indicadores, la posición que ocupa actualmente El Salvador está aún muy lejos de los resultados que obtuvo en el año 2005.
Al hacer las respectivas comparaciones entre los resultados de hace 10 años y los que existen actualmente, El Salvador ha retrocedido 10 puntos en clima de negocios, 39 en competitividad global, 44 en libertades económicas y 42 en desarrollo humano.
“El problema es que si el país tiene complicado hacer negocios, tiene problemas de competitividad y sino desarrolla libertades económicas, naturalmente esto se traduce en una reducción del bienestar humano”, dijo Argumedo.
Retroceso en Desarrollo Humano
El deterioro en las variables económicas se refleja en la caída en el indice de Desarrollo Humano, según lo explicó el representante de Fusades.
El problema de que el país retroceda o se quede estancado no solo afecta en términos financieros, sino que principalmente en que los salvadoreños continúan disminuyendo su calidad de vida.
Cuando El Salvador no cuenta con las condiciones para atraer inversionistas, no se crean los empleos que demanda la población, lo que termina afectando el bolsillo de los hogares y continúa ralentizándose la economía.
El último dato del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), indica que desde noviembre de 2014 a noviembre de 2015 el empleo creció 0.5 %, es decir que solamente se crearon 4,145 empleos , de los 60 mil que se necesitan por año.
“El deterioro de las variables tiene un enorme costo social que lo están pagando las familias salvadoreñas de una forma impresionante con desempleo creciente”, lamentó Argumedo.
Riesgo aleja a los inversionistas
La menor posición nacional en dichos indicadores se refleja también en la degradación de las calificaciones de riesgo, debido al mayor riesgo de impago y en el incremento de la tasa de interés que pagan los Bonos de Mercados Emergentes (EMBI).
En este sentido, el país deja de ser atractivo para los inversionistas al continuar decayendo en las calificaciones y mantenerse en B+ o Ba3, que ubica al país entre los emisores de instrumentos, como bonos, considerados “altamente especulativos”, con riesgo de caer en impago.
Pero, además de ser un país atractivo para los inversionistas, cada vez que El Salvador coloca bonos en el mercado internacional, debe pagar más intereses de lo que pagaba 10 años atrás, ya que el riesgo financiero es mayor.
Precisamente el EMBI que es el principal indicador del riesgo país, marca la diferencia de tasa de interés que pagan los bonos denominados en dólares, emitidos por países subdesarrollados, y los Bonos del Tesoro de Estados Unidos, que se consideran “libres” de riesgo.
Es decir que El Salvador debe pagar el 2 % del valor de los Bonos del Tesoro, más 6.93 % (actualmente), por el riesgo de no pago con el que ha sido calificado el país.
Lo anterior provoca que cada vez que el Estado coloca títulos valores, estos deben pagarse con un interés de 8.93 %; una deuda que cada vez es más cara para El Salvador.
“El país cuando tenía fortalezas macroeconómicas, finanzas públicas estables, con una deuda abajo del 40 % del PIB, entonces los inversionistas miraban a El Salvador con capacidad de pago. Tener la economía ordenada hacía posible que el riesgo financiero fuera bajo”, apuntó Argumedo.
El problema que ha generado el incremento en el riesgo financiero se debe a que el Gobierno mantiene un serio problema de gasto creciente, desequilibrio macroeconómico fuerte, el crecimiento ha caído y por consecuencia el riesgo ha aumentado, de acuerdo con el analista.
Estancado a nivel regional
El deterioro de los indicadores también está dejando mal posicionado a El Salvador frente al resto de países de la región.
Mientras Costa Rica y Panamá se disputan mejores resultados en los rankings globales, El Salvador pasó de ser el mejor a nivel regional en competitividad en 2003, a ser de los últimos en el marcador de Centroamérica.
Después de la crisis internacional del 2009, toda la región se ha movido en aras de atraer inversiones, y pese a que los demás países han enfrentado problemas igual o más graves de los que enfrenta El Salvador, estos han mejorado en términos de competitividad .
“Aunque en el país hay algunos esfuerzos por hacer negocios, el clima de confrontación es demasiado alto . Este tema requiere un verdadero liderazgo y compromiso de parte de los sectores para revertir este deterioro, ya que el país puede convulsionar si no se toma en cuenta este diagnostico”, acotó el analista de Fusades.