Bedford, Virginia, es la ciudad que Happy Coffee ha elegido para establecer una segunda sucursal de su negocio de café. La marca, que actualmente opera un restaurante en Antiguo Cuscatlán, tiene altas expectativas de crecimiento y expansión.
“Hemos decidido abrir una tienda en Estados Unidos porque nos interesa posicionar nuestro concepto en el mundo, y también porque nos apasiona y nos enorgullece llevar un buen producto salvadoreño, como es el café, a otro país”, expresó John Varca, fundador de Happy Coffee El Salvador.
Añadió que si bien aún están cuadrando los números, la inversión en el mercado estadounidense podría rondar los $100,000.
En cuanto a la expansión de la marca en el mercado local, el encargado dijo que aún se encuentran a la búsqueda del lugar idóneo para la apertura de lo que será la segunda sucursal.
El negocio fue fundado por Varca hace dos años, en Santa Tecla, junto al salvadoreño Jimmi Sandoval. Sin embargo, debido a la demanda, decidieron trasladar el establecimiento a Antiguo Cuscatlán, donde opera desde hace un año.
El traslado permitió renovar el concepto y enfocarlo hacia un ‘coffee shop & bistro’, en donde los clientes tienen la oportunidad de interactuar y vivir la experiencia de un café de especialidades, dijo el administrador del negocio, Edwin Dueñas.
“Siempre buscamos atraer clientes nuevos, pero nos interesa más cuidar a los que nos visitan todos los días porque saben que aquí siempre serán bienvenidos”, afirmó.
“Somos un coffee shop & bistro que ofrece bebidas de café de primera calidad. Ademas, tenemos un ambiente agradable y casual para disfrutar de una amplia variedad de bebidas y alimentos”, añadió.
Una de los valores agregados de Happy Coffee es que el café se prepara con métodos artesanales, como: V60, chemex, prensa francesa y aeropress. El negocio se complementa con un menú de alimentos, como hamburguesas, paninis, quesadillas, y postres, entre otros.
El componente cultural también es importante, ya que todos los viernes por la noche se desarrollan talleres de lectura.
No obstante, Happy Coffee promueve la lectura a cualquier hora del día, ya que posee un compendio de libros que resultan la oportunidad perfecta para apartarse un rato de la tecnología, si el cliente así lo desea.
Algunos de los libros han sido donados por los mismos clientes, cuyo gesto ha sido compensado con consumo. La modalidad de café por libros se mantiene vigente.
Como sea, un libro, un café y un lugar acogedor para disfrutarlos, siempre resultan una combinación agradable.
En el corto plazo, el negocio proyecta la ampliación de su actual restaurante, lo que incluye la habilitación de un segundo nivel.
La idea, según Dueñas, es contar con un espacio con estilo más ‘loft’, donde el café se puede complementar con el arte y la música. El programa incluirá proyecciones de cine, exposiciones de fotografía y pintura, participación de artistas, como poetas y comediantes, entre otras actividades.