Mauricio René Alas Sáenz se convirtió en el cuarto agente de la Policía que es asesinado este año por supuestos pandilleros.
El ataque contra Alas Sáenz se registró la noche del jueves pasado en la calle principal de la colonia Belén, en Apopa.
El agente Alas se conducía en la motocicleta placas M-186-092, que se supone era de su propiedad.
Varios hombres que iban en el auto placas P-686-919 le interceptaron el paso y de inmediato le comenzaron a disparar. El agente Alas no tuvo tiempo de defenderse y murió de inmediato.
Los atacantes escaparon, pero a unos 500 metros del sitio del ataque dejaron abandonado el auto que usaron para cometer el asesinato. Este vehículo había sido robado.
Las primeras investigaciones de la Policía apuntan que los criminales huyeron en el vehículo placas P410-320 que se supone también había sido robado.
Patrullas policiales hicieron un operativo de búsqueda de los asesinos del agente Alas, pero no lograron hacer capturas de sospechosos.
El director de la Policía Howard Cotto, al lamentar la muerte de otro policía, sostuvo que cuentan con información que les va a ayudar a identificar a los atacantes del agente.
“El hecho no estaría vinculado a acciones del servicio policial”, dijo Cotto.
Otras fuentes policiales explicaron que el asesinato de Alas Sáenz podría estar ligado a cuestiones sentimentales.
El pasado 13 de febrero se convirtió en uno de los días más violentos para la corporación policial. Ese día asesinaron a dos policías en Usulután y Sonsonate.
En este último lugar, el agente de la Policía José David Tóbar, murió al intentar frustrar un asalto a un negocio situado en las proximidades de la terminal de autobuses.
El otro agente asesinado, Naín de Jesús Rivas, fue atacado a balazos cuando desayunaba en el mercado de Usulután. También ese día hirieron de bala a otro policía en la colonia Prados de Venecia, en Soyapango.