¿Conoces a una de esas personas que nunca hacen dieta ni se pasan la vida obsesionadas con el ejercicio pero de todos modos consiguen mantener su peso controlado? Tal vez sean sólo los genes, pero quizá también se deba a que respetan estos 7 hábitos que mantienen todo bajo control.
1. Se concentran en su comida
Las personas naturalmente delgadas no toman el desayuno mientras van revisando Facebook, ni se sientan a cenar recorriendo Netflix. Comer es un hecho importante. Esto significa que disfrutan con cada bocado y son conscientes de cómo responde su cuerpo al alimento.
No te dejes distraer cuando comes porque el hecho de comer es en sí mismo una experiencia.
2. Dejan comida en el plato
Si el pollo está recocido de un lado, esa parte no la comen. Si la galleta tiene un sabor extraño no la terminan. De alguna manera, naturalmente, las personas delgadas han superado esa idea de que si no terminan la comida en su plato harán que un niño en África muera de hambre.
Si no quieres pastel en la fiesta, no lo comas. Si comiste la mitad del puré y te sientes satisfecha, no lo termines.
3. Modifican su pedido
Si están en un restaurante y la comida no es lo que quieren, modifican su pedido para que sea lo que quieren realmente. Las personas naturalmente delgadas comen exactamente lo que quieren. Más aún, no descartan ningún alimento.
Si piensas que no puedes comer una porción de tarta de zanahorias, es probable que esto quede en tu mente, llevándote a comer toneladas de otra cosa para satisfacer tu ansia. Pero si lo comes y listo, el ansia desaparece. Come exactamente lo que quieras.
4. No comen sus emociones
¿Le ha pasado que cuando sucede algo fantástico quiere celebrar con una crema helada sin detenerse ante nada? ¿O que cuando algo no tan bueno ocurre usted quiere comer un Ben & Jerry’s? Bueno, las personas que se mantienen delgadas no transforman sus emociones en kilos. Tienen otras maneras de celebrar o de afrontar las situaciones.
Por ejemplo, para celebrar tu ascenso, gasta en esos zapatos que tienes en la mira. Si ves que no puedes avanzar en un proyecto importante, llama a un amigo o amiga y habla de las series de TV que veían en la infancia. Encuentra otras soluciones porque la comida no resuelve en realidad nada.
5. Duermen lo suficiente
Estudios de investigación demuestran que dormir más de 9 horas o menos de 5 horas se relaciona con el aumento de peso. De hecho, se puede engordar hasta 11 libras (unos 5 kilos) por dormir poco o demasiado. El sueño afecta las hormonas del hambre haciéndonos sentir más hambrientos de lo que estamos en realidad y ansiar más alimentos de muchas calorías.
6. No creen en el todo o nada
Comis una galleta, ¿por qué no comer todas, no? Es un error. Las personas naturalmente delgadas no creen que permitirse comer unas papas fritas significa que el resto de su semana se arruinó.
Siguen adelante. Tampoco limitan qué tienen permitido comer. Pero el hecho de decirse a sí mismas que pueden comer bollos todos los días, no significa que lo hagan.
Prestan oídos a lo que quieren realmente y en concordancia con eso, escogen sus opciones de alimentación.
7. Se mueven más
La mayoría de la gente sobrestima cuánto se mueve. Pero las personas naturalmente delgadas eligen la escalera antes que el ascensor, se levantan y caminan más y optan por las actividades que requieren movimiento antes que por las sedentarias.
Incorpora estos hábitos a tu vida y no tendrás que seguir sintiendo que la comida es una lucha.