Un zorro ártico, ese bello animal blanco, de orejas largas y puntiagudas, sorprendió a sus captores al hacerse pasar por muerto y darse a la fuga en un abrir y cerrar de ojos.
Un grupo de hombres en Siberia lo habían capturado y al ver que el animal inmóvil y con los ojos completamente cerrados le quitaron el lazo que rodeaba su garganta y lo metieran en una caja.
En el momento menos esperado, el zorro aprovechó para escapar y corrió tan rápido como pudo hasta reunirse con un su manada.