La asombrosa pirámide de los negocios de Alba

Al tronar el chavismo, Venezuela puede exigir el pago de lo suministrado, sin que haya nadie que se haga cargo  

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En la noche se realizó una vigilia frente al Hospital.

/ Foto Por Menly Cortéz

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2016-01-26 8:48:00

Los salvadoreños no pueden hacerse responsables de las deudas de Alba Petróleos, de sus subsidiarias, de los negocios montados a su sombra ni de nada relacionado con el suministro de petróleo por los chavistas, declararon los presidentes de la Cámara de Comercio y de la Asociación Salvadoreña de Industriales.

Alba Petróleos, “empresa mixta” entre alcaldías efemelenistas y el régimen venezolano, tiene ya una deuda que sobrepasa los 860 millones de dólares, al mismo tiempo que otras empresas formadas a su sombra tienen deudas de millones de dólares con Alba Petróleos, deudas que año con año se incrementan.

Adicionalmente Alba, de acuerdo con informes públicos, constituyó un fideicomiso con un banco de Guatemala por sesenta y tantos millones de dólares, sin que se especifique quiénes son los beneficiarios. También se sabe que el ministro de Economía debe a Alba más de setecientos mil dólares, a lo que se agrega la deuda de $10.3 millones que desde el 2013 tiene con el grupo el señor Julio César Gutiérrez Ramos, quien no aparece vinculado a empresas relacionadas, según se verificó en el Centro Nacional de Registros.

Otras empresas vinculadas a Alba, entre ellas Tu Solidaria Ltda. de C.V., Alba Gas S.A., de C.V., Alba Alimentos S.A. de C.V. y Alba Fertilizantes S.A. de C.V. tienen deudas millonarias, que crecen año con año pues no abonan nada.

Es difícil seguir los movimientos de las muchas empresas vinculadas al grupo Alba, dada su política de revelar muy poco. En algunas de éstas, nadie fuera de ellos mismos conoce quiénes integran sus directivas, quiénes son sus reales accionistas y la participación que tengan, o lo que son sus pérdidas y ganancias. Y la figura legal del “asocio público y privado” es la sombrilla perfecta, sobre todo para el conglomerado que han construido donde todos son “públicos” pero también son “privados”, con la ventaja de que pueden estatizar las pérdidas (como dan a entender los presidentes de las gremiales) y al mismo tiempo privatizar las ganancias.

Y una vez “privatizadas” esas ganancias y siguiendo una resolución de la Sala de lo Contencioso, quedarían fuera de cualquier investigación.
 

Que no toque a los salvadoreños
pagar las deudas de Alba

La pirámide que han levantado va en perjuicio directo del sector productivo, de los pobladores, del fisco y del desarrollo económico nacional.

Lo primero, que para proteger esos negocios y valiéndose del vínculo oficialista, se cargan los dados en favor de los mismos, sea concediéndoles ventajas, imponiendo a otros regulaciones onerosas como cuando acabaron con el pequeño crédito limitando intereses, o con el simple aligerar o retardar trámites.

Cada ventaja que se niega a unos y que arbitrariamente se concede a otros encarece los procesos productivos, elevando precios. Y al afectar precios, es la gente, toda la gente, la que paga esos negocios.

No se trata únicamente de rechazar que Alba pretenda luego que “el Estado” pague sus deudas, sino desde ya, con ese tinglado de artilugios y privilegios, “el Estado” asume parte de la deuda.

Son todos los salvadoreños los que pagan esas participaciones inexplicables, el juego con los precios, las instalaciones que se construyen como la refinería, la viajadera…

Al tronar el chavismo, Venezuela puede exigir el pago de lo suministrado, sin que haya nadie que se haga cargo.