En aquella época, hace 40 años, los niños debían retirarse de la sala cuando en la programación de la TV se anunciaba a la Raffaella Carrá. En blanco y negro, o a color, era prohibido ver la transmisión de esta cantante italiana, ataviada con traje transparente y ajustado a todo su cuerpo, cantando y bailando al son de “Caliente caliente”.
Peor aún era escuchar sus tonadas. Estas eran consideradas tan atrevidas y hasta “vulgares” por referirse a deseos carnales y también por jugar con la imaginación de la audiencia al retratar a mujeres dolidas por haber querido a hombres que en realidad preferían a otros hombres. Ni qué hablar de los bailarines de la Carrá, bastaba una mirada, decían, para detectar cuáles eran afeminados. Incluso, muchos detractores de la Carrá, especialmente del sector femenino, sostenían que la misma cantante no era mujer, sino travesti. Los años han pasado y el tiempo se ha encargado de demostrar qué era cierto o falso. A continuación, las canciones y poses “más hot” de la Carrá, para quienes aún no la olvidan, o tenían prohibido verla.
Caliente caliente
La letra habla de una mujer desesperada por ser amada y dispuesta a premiar al que se atreviera a apagar su fuego. La correografía fue bastante sugerente y atrevida para su época.
Hay que venir al sur
La tonada sugiere liberarse de las ataduras para amar a alguien, escaparse con esa persona y hasta sustituirla si no resultaba tan atractiva ni rendidora.
Explota
“Si él te lleva a un sitio oscuro, que no te asuste la oscuridad”… Bastaba escuchar el principio de esta canción para enterarse que se trataba de un grito desesperado para ser amada con locura y sin freno. La musicalización, la correografía y los movimientos de cabeza de la Carrá, hicieron que muchas perdieran la cabeza.
Lucas
Esta es la historia de una chica que desde la ventana de su casa descubrió que su novio no era más que un “gay”.
Una mujer en el armario
Sólo la Carrá pudo cantar y producir una canción rítmica para mofarse de una situación tan dolora y comprometedora como encontrar a su marido con otra mujer, en su propio cuarto.