El gobernante Partido Popular habría obtenido el domingo una victoria menor a lo esperado en las elecciones generales españolas, de acuerdo con resultados oficiales preliminares, y corre el riesgo de perder el gobierno en un nuevo escenario político lejos del bipartidismo tradicional en el país.
Con el 75,25% de los votos escrutados, se asignaban 125 escaños al conservador PP, 94 al socialista PSOE, 41 a Podemos y 36 a Ciudadanos, aunque los grupos aliados de Podemos podrían aumentar su influencia en el Parlamento hasta 68 parlamentarios.
Los datos abren la puerta a una posible alianza a tres bandas entre los socialistas PSOE, Podemos y Ciudadanos para arrebatar el gobierno a Mariano Rajoy, actual presidente y candidato a la reelección por el PP.
“Alcanzar un acuerdo entre los socialistas, Ciudadanos y Podemos no va a ser sencillo, están divididos en temas clave, principalmente la independencia de Cataluña”, explicó Federico Santi, analista de Eurasia Group. “Pero si la alternativa es dejar al país sin gobierno, habrá presión sobre los partidos”.
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Tras las elecciones, el sistema parlamentario español contempla una serie de reuniones del jefe de Estado, el rey Felipe VI, con los grupos con representación parlamentaria. Tras los encuentros, el monarca propone a uno de los líderes de partido para formar gobierno.
Ese candidato debe pasar una votación de investidura en el Parlamento, que requiere mayoría absoluta en la primera sesión. De no conseguirlo, tiene una segunda oportunidad dos días más tarde en la que sólo necesitaría mayoría simple para convertirse en presidente del Gobierno.
Si Ciudadanos decide aliarse con el Partido Popular, necesitarían encontrar apoyos para completar la mayoría absoluta si quieren ganar la votación de investidura en su primera ronda.
Pero la oposición rotunda del gobierno de Rajoy al movimiento secesionista en Cataluña, uno de los temas claves de campaña, hace que el Partido Popular pueda tener problemas para conseguir el apoyo de alguna de las formaciones nacionalistas con representación en la cámara, señaló el politólogo de IE University Jorge Piquer.
“Obviamente, la cuestión catalana es clave, así que es muy, muy raro que podamos ver a un partido nacionalista apoyando al PP o absteniéndose”.
De confirmarse los sondeos, las elecciones darían paso a varios días de negociaciones entre las formaciones políticas con vistas a formar un gobierno.
“Con estos sondeos, hoy no vamos a saber quién va a ser el próximo presidente del gobierno, pero la próxima semana tampoco lo vamos a tener nada claro”, señaló Piquer.
Las cifras parciales confirmaban la transformación de la escena política española, que pasaría a tener cuatro grandes formaciones. Las cifras podrían ser un golpe especialmente para el PSOE, que según un sondeo de GAD 3 para la televisora Antena 3 se habría quedado por debajo de Podemos en número de sufragios, si bien los recuentos parciales no confirmarían esa hipótesis.
“España ha cambiado”, afirmó en declaraciones en la televisora La Sexta íñigo Errejón, número dos de Podemos. “Se ha terminado el bipartidismo, el turnismo”.
El sistema electoral español da una mayor representación parlamentaria a las zonas rurales y con menos población, por lo que el número de votos no se corresponde de forma proporcional con el número de parlamentarios que obtienen los partidos.
El elevado desempleo (que alcanza una tasa de 21, una cadena interminable de casos de corrupción en la clase político y empresarial, y el movimiento separatista en la región nororiental de Cataluña han marcado la campaña electoral, en la que los nuevos partidos han intentado distanciarse de PP y PSOE y los grupos tradicionales han señalado a sus logros pasados y a su experiencia en el gobierno.
Un total de 36,5 millones de votantes registrados en España elegían a representantes para la cámara baja del Congreso, de 350 escaños, y el Senado, que tiene menos poder legislativo.