Yoga en el Bicentenario, más allá del equilibrio de la mente y cuerpo

La clase es el último sábado de cada mes de 6:30 a.m. a 7:30 a.m., asisten personas de distintas edades y no tienen que pagar nada

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Alexia Miranda, encargada de impartir la clase de Yogashala al aire libre, que se desarrolló este sábado en el Parque Bicentenario, nos cuenta cinco razones por las que la práctica de yoga cambian la vida.

/ Foto Por elsalv

Por Susana Joma

2015-10-31 7:00:00

Una clase de yoga es más que una sesión donde te tiendes en el piso sobre una manta de vez en vez, o estiras el cuerpo. Eso lo sabe más que bien Irma Elena Alemán, una residente de Ciudad Merliot que ronda los 53 años, y que cada último sábado de fin de mes asiste a las sesión que las maestras del estudio Yogashala imparten de forma gratuita en el Parque Bicentenario de 6:30 a.m. a  7:30 a.m.

Alemán, quien labora en el área de recursos humanos de una empresa local, asegura que realmente el yoga es más que una experiencia física, y cuando se practica se descubre que es un relajamiento, una conexión.

“Sinceramente se experimentan cosas que en el día a día no se logran. Físicamente el cuerpo (se siente) más liviano y mentalmente mucho más relajado cuando ya usted logra liberar la mente y dejarla quieta, cosas que va aprendiendo conforme se practica – ya es otra cosa”, aseguró la asidua alumna a quien le gustaría que las clases fueran cada fin de semana.

Anastasia Kobernik, gerente de Yogashala, explica que llevan quince meses realizando estas sesiones con la colaboración del Parque Bicentenario y el patrocinio de El Diario de Hoy.

Las clases  son con maestras diferentes que durante sus jornadas se enfocan en trabajar diferentes aspectos. “Se mantiene el grupo, siempre viene mucha gente”, afirma la joven ejecutiva de Yogashala, un estudio que tiene seis años de funcionar en el país y trece en Venezuela.

La maestra Alexia Miranda,  aseguró que uno de los beneficios más importantes del yoga es que a través del cuerpo físico se trabaja el cuerpo mental, ya que al mantener las posturas por un determinado tiempo se va construyendo una forma de sostener la mente frente a los espacios de estrés y momentos de dificultad en la vida.

“Otro es que gracias al movimiento que hacemos y el constante flujo de energía que tenemos en el cuerpo estamos sensibilizando nuestro sistema circulatorio, se oxigena cada célula de nuestro cuerpo, se lubrican nuestras articulaciones, (ayuda a) los huesos y prevenimos enfermedades como artritis y reumatismo”, expone.

Miranda, quien era bailarina y empezó a practicar la yoga en 1998 cuando vivía en México, sostiene que a ella le ha ayudado mucho a construir una disciplina interna y fortalecer su voluntad.

Indicó que el yoga, como cualquier disciplina, le permite a la persona tener más consciencia de que puede aspirar a crecer cada día más, pero no por demostrarle algo a alguien sino porque es una satisfacción interna.

Esa misma consciencia, advierte la maestra Miranda, le permite vivir el presente, percibir la realidad, estar más sensibles y alertas a lo que nos rodea.

“Otro punto que me parece súper importante de la yoga es que es una enseñanza universal. Se enseña con humildad y se percibe con humildad. Nos enseña a aceptar que hay cosas que todavía no conocemos… te genera humildad, gratitud”, explicó la experta maestra.