En el mundo actual parece estar de moda omitir la verdad. Se disfraza con medias mentiras, o descaradamente se miente descaradamente. Y muy frecuentemente se sustituye por lo “políticamente correcto”, para complacer a algunos, velar por los intereses propios, o imponer criterios contrarios a la moral.
Los gobiernos de izquierda en América Latina, han encontrado una excelente herramienta para engañar al pueblo mediante control de los medios de comunicación independientes, dando vía libre a aquellos controlados por el Estado y financiados con fondos públicos, para magnificar sus inexistentes logros, falsear cifras tergiversando estadísticas y atacando fieramente a la oposición.
Los salvadoreños nos estamos acostumbrando a escuchar mentiras oficiales, recordando al ex presidente Funes asegurar en la ONU el éxito de la tregua entre pandillas y justificar las extorsiones como su modus vivendi para sostener a sus familias. Sánchez Cerén aprovechó también la Asamblea de la ONU para enorgullecerse de los grandes adelantos de su gobierno en materia de educación, salud y combate a la inseguridad, lo que ha sido reiteradamente desmentido con cifras presentadas por organismos internacionales.
Uno de los documentos del Congreso del FML establece controlar los medios de comunicación porque “como instrumentos de la derecha oligárquica, mienten engañando a la población al tildar al gobierno de incapaz”. Sabemos que la información difundida por los medios controlados por el Estado y afines al Frente abunda en falsedades, que confirman los funcionarios públicos en entrevistas y declaraciones, logrando que la población más joven o poco instruida, caiga en la trampa.
“La oligarquía privatizó la banca” (Falso) La banca privada en El Salvador, era una de más sólidas de la región, cuando Duarte expropió los bancos nacionalizándolos y haciéndolos quebrar en tiempo record, hasta que los valientes empresarios compraron lo que se les había usurpado.
“La privatización de las pensione (AFP) es la causa del problema actual”. (Falso) El sistema privado es altamente exitoso, tan rentable que el gobierno se apropia anualmente de varios millones para poder hacer frente a su fracasado sistema público.
“Exitosa reforma de salud” (Falso) El nuevo hospital de maternidad es solo un cascarón, carente hasta de lo más elemental como lavadoras, aunque aseguren que las pocas unidades viejas del antiguo hospital, son suficientes para las necesidades del nuevo. Las indignantes fotos de sufridas mujeres envueltas en sábanas y pacientes obligados a comprar sus medicinas, desmienten las afirmaciones de abastecimiento de medicamentos y ponen en ridículo la inauguración de unidades, que cierran en la semana siguiente, cuando retiran los equipos.
“La inversión en educación es prioridad para el gobierno”. (Falso) El desinterés en la educación es vergonzoso, pues obliga a los padres de familia a donar parte de sus escasos ingresos, para reparar las instalaciones ruinosas en que sus hijos reciben sus clases. Y la labor encomiable de los maestros, que sin recibir sus sueldos a tiempo ni el presupuesto para funcionar, deben comprar de su bolsillo lo más indispensable para trabajar. Los millones desperdiciados en programas sociales no han disminuido la deserción escolar, pero han aumentado la pobreza.
“La baja de homicidios obedece a la eficiente gestión de las autoridades” (Falso) Porque internacionalmente ostentamos el título del país más violento del mundo y presenciamos el bochornoso espectáculo de familias desalojando sus viviendas por orden de las pandillas que controlan dichos territorios, mientras la PNC da seguridad para que el éxodo sea tranquilo.
Pero reiteran sus intenciones de mantenerse en el poder, para continuar con los cambios en beneficio de las mayorías. ¿Llegará el día en que los ciudadanos reaccionemos contra tantas mentiras?.
*Columnista de El Diario de Hoy.