El equipo investigador dirigido por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por su siglas en inglés) de Estados Unidos concluyó que las tres explosiones registradas en el Regimiento de Caballería fueron provocadas por las chispas de los trabajos de soldadura que se hacían cerca de dos bodegas donde se almacenaba gran cantidad de explosivos, confirmó ayer el fiscal general Luis Martínez.
“Los resultados o conclusiones a las cuales se ha llegado y en las cuales estuvimos todos de acuerdo fue que la causa fue la chispa de un soldador que se dio en la bodega uno y en la bodega diez del edificio J de las instalaciones”, dijo Martínez, quien agregó que las conclusiones están sustentadas en la experiencia de los especialistas de ATF y en los expertos explosivistas salvadoreños.
La versión anterior también fue reforzada por las declaraciones de las personas que se encontraban al momento del accidente en la zona.
Martínez destacó la valentía de dos oficiales que resultaron lesionados cuando trataron de verificar si había alguna persona en peligro para poderla rescatar.
Además de los 20 especialistas de la ATF, el equipo investigador estuvo compuesto por técnicos de la Policía y de la Fuerza Armada, así como agentes fiscales.
Las investigaciones establecieron que las tres explosiones fueron tan potentes debido a que en una de las bodega detonaron más de 14,000 libras de explosivos y en la otra había unas 22,000 libras de explosivos más de 850 detonadores.
Al material explosivo se le sumaron las 3,400 libras de productos pirotécnicos y de explosivos industriales que estaban almacenadas en las dos bodegas.
En otra bodega situada en el mismo sector había más de 8,000 libras de explosivos que no fueron alcanzados por las detonaciones citadas, explicó Martínez.
El ministro de Defensa, David Munguía Payés, dijo el miércoles pasado que la detonación de 82 bloques de TNT provocó que las explosiones fueran de gran magnitud y que dejaron al menos 122 casas y negocios con daños de distinta consideración.
Munguía Payés explicó que las viviendas que resultaron dañadas ya fueron reparadas por personal de la Fuerza Armada.
Ayer tarde, la Fiscalía ordenó que se retirara el cordón de seguridad alrededor del sitio de las explosiones, para que la Fuerza Armada pueda remover los escombros de las bodegas destruidas y que pueda comenzar a reconstruir las instalaciones militares dañadas.
Martínez explicó que la ATF le facilitó a la institución armada, un manual con las recomendaciones y las regulaciones que se deben de guardar en los alrededores de las bodegas que almacenan grandes cantidades de explosivos y otros pertrechos.
Además, la ATF se puso a disposición de la Fuerza Armada para asesorar en cuanto a la supervisión de ese tipo de bodegas, con el propósito de que esos hechos no se vuelvan a repetir, explicó Martínez.
Con respecto a si hubo destrucción de evidencias de decomisos que estaban almacenados en las bodegas, el fiscal Martínez confirmó que en las bodegas almacenaban explosivos decomisados tanto por la Fiscalía como por la Policía, además de otras evidencias que estaban a las órdenes de los tribunales de justicia.
Martínez espera que la destrucción de los explosivos decomisados que estaban en depósito no afecte ningún proceso judicial, porque “están los estudios, las documentaciones, las cadenas de custodia y esto fue un hecho accidental y está debidamente documentado. Solo vamos a esperar la redacción del informe final con todas las diligencias que se han realizado”.
Martínez no reveló si la empresa responsable de los trabajos de remodelación de las bodegas será demandada por la supuesta infracción a las medidas de seguridad.
El equipo de ATF que dirigió el procedimiento estuvo compuesto por 20 especialistas en investigaciones de origen y causa de fuegos, análisis post explosiones, químicos forenses, entre otros. Realizó una reconstrucción del sitio de las explosiones, entrevistas a quienes se encontraban en la zona e inspeccionó los desechos para obtener evidencias y analizarlas.