“Para mí, ser niña significa ser más delicado en lo que hago y tener mayores fuerzas”, comentó Gabriela Torres, quien forma parte de la Orquesta Esperanza Azteca San Salvador y de la Orquesta Sinfónica Cristiana de El Salvador.
Gabriela tiene 15 años, está en octavo grado. Desde que estaba pequeña se dedica a la música. Fue en su centro de estudios donde aprendió a tocar flauta dulce. Al estar en sexto grado inició a tocar el bajo eléctrico.
Pero las ansias por comerse el mundo la llevaron a aprender otro instrumento: el fagot, con el cual se enamoraría completamente de la música.
Su mayor sueño es ser una gran intérprete de este instrumento, especializarse y viajar por diferentes países.
Ella cree que sin el apoyo de su familia nada sería posible, ya que son sus padres, quienes siempre asisten a todas sus conciertos y todos los días la llevan a sus ensayos.