El Instituto Nacional de Antiguo Cuscatlán ha logrado superar todos los obstáculos y romper la norma de los estudiantes de bachillerato.
Ahí la mayoría de los jóvenes espera con inquietud el momento del refrigerio y no dejan de aceptar el vaso con bebida fortificada, mientras que en otros centros del país los mayores son los que menos quieren tomarlo.
La motivación de Margarita Perdomo, la madre encargada de elaborar los alimentos, son los estudiantes que llegan sin desayunar a clases.
Por ello todos los días llega a las 5:00 de la mañana para tener listo el refrigerio para los alumnos que quieran comer antes de la hora en que se entrega a todos.
El instituto no contaba con una cocina ni con una bodega, pero el director, Víctor Hugo Flores, dijo que era necesario hacer el esfuerzo. La cocina fue donada por un padre de familia, también las cacerolas por un comedor de la zona.
Por el momento cocinan en un espacio abierto, pero tienen la esperanza de construir una.