En el Complejo Educativo de Santiago de la Frontera, Santa Ana, han implementado una nueva manera para entregar el refrigerio. En cada sección las familias de los alumnos deben turnarse un día para llevar los alimentos para todo el salón.
Las mamás reciben bolsitas con frijoles, arroz y bebida fortificada, pero muchas veces ellas deben salirse de los limitados ingredientes para lograr que todos los niños lo coman. Aunque los maestros les piden que no gasten más de la cuenta, hay mamás que han decidido preparar panes con pollo para todo un salón.
Daysi González, una joven madre, preparó una horchata y compró paquetes con galletas para la sección de parvularia en la que está su hijo.
Aunque tuvo que caminar varias cuadras con la bebida en sus manos y comprar ella misma los vasos para los niños que no llevaron, se mostró satisfecha al ver que todos comieron algo.
Lamentablemente, en otras secciones no todos los alumnos aceptan la comida que les llevan.