Raquel Posada pinta desde los cuatro años. Ahora tiene nueve y pintar es una de las cosas que le alegran más.
Fue su madre quien la matriculó en clases de pintura y desde ese momento no ha dejado de plasmar sus ideas con lápices o pinceles.
“Hoy son más difíciles los trabajos. Uso otros materiales: temperas, yeso pastel, cosas con texturas. A mí si me ponen una imagen yo la copio y me sale igual”, relató Raquel. Pero el ballet también se suma a los colores y pinceles.
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Ambas actividades quiere materializarlas en profesiones. “Seré pintora y balletista”, aseveró Raquel. Desde esas expresiones artísticas, la niña se proyecta en competencias realizadas en otros países, donde se expongan sus cuadros.
“Pienso que las niñas pueden hacer muchas cosas, algunos niños no les gusta el ballet pero hay muchas opciones para hacer”, expresó. Ese abanico de actividades y oportunidades se ven opacadas por la violencia, de acuerdo con la pequeña pintora y bailarina. “Quisiera que no hubieran muertos, ni peleas y que el ambiente esté lindo”.
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