28 asesinatos en la ruta de La Paz

Desde los Acuerdos de Paz, en ocho municipios de Morazán, al norte del río Torola, no habían asesinatos. Ejecuciones de mareros están marcando la rutina de esos pueblos, también han empezado a matar a veteranos de guerra.

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Luego de la firma de los acuerdos de paz, Morazán fue nombrada como la Ruta de la Paz. El reciente historial de muerte que experimenta ese departamento, lo convierten en uno de los más sanguinarios de los últimos tiempos.

/ Foto Por elsalvadorcom

Por Jorge Beltrán Luna

2015-10-17 6:36:00

De los ocho municipios que tiene el departamento de Morazán, al norte del río  Torola, solo en dos no ha habido homicidios. En Villa Rosario y Arambala. Entre los otros seis, las autoridades policiales registran 28 personas asesinadas durante este año, una cifra que tiene escandalizados a policías y a los mismos habitantes de la denominada Ruta de la Paz.

El norte del departamento de  Morazán es promocionado como una zona turística en la que destaca Perquín con el museo de la Revolución y el río Sapo; el cantón El Mozote y La Guacamaya, del municipio de Meanguera, como sitios históricos por  una masacre de campesinos y el lugar de surgimiento de la radio guerrillera Venceremos.

Sin embargo, la mara Salvatrucha (MS-13) se ha posicionado en todo ese territorio a fuerza de asesinatos de personas que se oponen a su control y de desapariciones o ejecuciones de quienes no cumplen las misiones encomendadas o que han querido dar marcha atrás, tal como sucedió con un joven quien no quiso asesinar a su hermano, quien es miembro de la corporación policial.

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El muchacho fue asesinado. La víctima, de 14 años, era hijo de un excombatiente del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) organización de la extinta guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) hoy en el Gobierno.

De los 28 asesinatos registrados por las autoridades en lo que va de este año en esa zona, en todos están involucradas las pandillas.

Alerta de llegada de pandillas

El 31 de agosto y el 1 de septiembre de 2013, El Diario de Hoy publicó una investigación en la que se detallaba que 27 clicas de la MS-13 y tres agrupaciones de la pandilla 18 comenzaban a reclutar a jóvenes en ese sector de Morazán.

En esa ocasión, el entonces director de la Policía Nacional Civil (PNC), Rigoberto Pleités, dijo que no tenían conocimiento de la expansión hacia esa zona de esos grupos criminales y en lugar de prestar atención al problema, se inició una cacería de brujas para castigar a los policías sospechosos de proporcionar información para el reportaje.

Homicidios de tres en tres

A menos de dos años después de que EDH publicó el avance de las pandillas y las precarias condiciones de los puestos policiales de esa zona, sólo Villa El Rosario y Arambala no registran asesinatos.

Curiosamente, ambos municipios no tienen puestos policiales fijos. La seguridad de ambos está a cargos de subdelegaciones de municipios vecinos o de patrullas móviles  combinadas de policías y soldados.

San Fernando, Torola, Perquín y Jocoaitique han tenido que encajar el asesinato de 12 jóvenes, tres en cada uno, la mayoría de los cuales, según fuentes policiales, han estado vinculados a la mara Salvatrucha, según diversas versiones de policías asignados en esa zona.

Es por lo anterior que  no todos los asesinatos registrados en ese sector de Morazán han causado preocupación en las comunidades: Muchas de esas víctimas han estado vinculadas a grupos de pandillas.

En San Fernando, el 27 de junio, a la medianoche, los hermanos Erick Doret Peraza, de 20 años, y su hermano de 16 fueron sacados de sus viviendas en el cantón Azacualpa por un grupo de hombres. Tocaron a la puerta y gritaron que eran policías, que llevaban una orden de registro.

Cuando la madre de ambos  abrió la puerta, siete hombres  con ropas oscuras y encapuchados irrumpieron en la casa y se los llevaron esposados. Tres días después, los cadáveres fueron encontrados entre unos matorrales por el abuelo materno de las víctimas.

Luego, el 11 de septiembre, Élmer Erick Amaya, de 33 años, fue llevado a la fuerza por hombres encapuchados y con fusiles en el cantón Azacualpa, donde trabajaba en un proyecto de la Alcaldía del municipio. El cuerpo fue encontrado tres días después.

En el caso de los hermanos,  su madre niega que hayan pertenecido a la MS; sin embargo, los vecinos no piensan lo mismo.

Fuentes policiales de Perquín, a quienes corresponde velar por la seguridad de San Fernando, aseguran que los dos jóvenes estaban perfilados como miembros de la MS. Lo mismo dicen de Élmer Erick Amaya, un hombre que recién se había mudado de una colonia de San Miguel, aprovechando que una de sus hermanas vivía en San Fernando.

Los tres de Perquín y tres de Torola

En Perquín, el último en ser asesinado fue José Napoleón Vásquez Nolasco, un hombre de 29 años, quien abiertamente admitía que era el cabecilla de la MS-13 en el caserío Los Mangos. Similar a los tres asesinatos cometidos en  San Fernando, a Nolasco lo mató un grupo de hombres armados que llegaron a su casa a media tarde.

Nolasco, conocido también como El Petaca,  tenía antecedentes judiciales por homicidio y otros delitos menos graves.

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Antes que él también fueron asesinados Élmer Ulises Pérez Rodríguez, de 19 años, y Leonel A., de 16 años. Este último, aunque vivía en Arambala, fue asesinado en el caserío La Tejera, perteneciente a Perquín, donde estudiaba octavo grado.

Según la Policía, estos dos jóvenes también fueron asesinados supuestamente por un grupo de hombres aprovisionados con armas largas y con rostros encapuchados.

En los mismos días en que mataron a los hermanos Erazo Amaya, en San Fernando,  en el cantón Tijeretas, caserío El Portillo, del municipio de Torola, fue acribillado con una ráfaga de fusil M-16, Óscar Argueta, de 27 años, quien según la Policía y vecinos era sospechoso de montar puntos de asaltos en diversos caminos rurales del municipio.

Una semana después de que mataran a Argueta, siempre en el cantón Tijeretas, apareció el cadáver de un hombre desconocido en la zona. Los lugareños no lo pudieron identificar.

En Torola, el último en ser asesinado fue Nixon Elías Santiago,  de 19 años,  de quien una fuente policial dijo que no lo tenían perfilado como marero. “Se miraba tranquilo”, indicó. Este homicidio fue cometido en el caserío El Moscarrón, del cantón Agua Zarca, un lugar con presencia de unos 30 mareros.

En Jocoaitique, según la Policía y la misma población, los tres jóvenes asesinados han sido ejecutados por sus mismos compinches de la MS-13.

Pero en Jocoaitique son más los desaparecidos que los muertos. Varios miembros de maras están desaparecidos.

El último joven reportado como desaparecido es Manuel de Jesús Alemán, el Gordo, cabecilla de la clica asentada en ese municipio. Su madre prefirió no hablar del asunto. Solo dijo que sentía temor.

Alemán o El Gordo, según la Policía local, era el principal cabecilla de la zona antes de desaparecer, hace aproximadamente tres meses.

 Darwin Ernesto Romero, Miguel Maradiaga y William Francisco Amaya son jóvenes vinculados a la mara Salvatrucha que también están desaparecidos. 

Las familias de estos jóvenes están conscientes de que ellos se relacionaban con la MS-13. La última desaparición se registró el 11 de septiembre anterior.

Vecinos de Jocoaitique y la Policía local creen que todos esos jóvenes han corrido esa suerte porque quisieron salirse de esa agrupación o no han cumplido las misiones.

 Meanguera: 15 muertos

Sin embargo, el municipio más golpeado por ese problema es Meanguera, donde está asentada la comunidad Segundo Montes. En ese lugar, durante este año y hasta el 14 de octubre se registraban 15 asesinatos, más que Perquín, Torola, Jocoaitique y Joateca en conjunto.

José de Jesús Romero Márquez (comandante Nolvo en las filas del ERP), Erick Ovidio Márquez, de 14 años, Ignacio Tobar Argueta (excombatiente del ERP) y Deysi Alicia Del Cid Sánchez, de 16, fueron asesinados por pandilleros de la MS-13 por diversas razones.

El excomandante Nolvo fue acribillado horas después de que al término de una marcha por la paz y la unidad realizada en Meanguera, hiciera un llamado a los jóvenes de ese municipio a que evitaran involucrarse con grupos delincuenciales.

A Erick y a Alicia los mataron, en hechos y lugares distintos, por no cumplir con las órdenes que les había transmitido el Rudy (Rudy Monteagudo), un cabecilla de la MS-13 que fue capturado en los últimos días de septiembre.

En Meanguera, los lugares más afectados por la presencia de pandillas son La Joya, La Guacamaya y el caserío San Luis, caserío La Poza.

Las autoridades no tienen un estimado de cuántos mareros hay en esa zona porque muchos llegan sólo por días desde San Francisco Gotera y hasta de la colonia Las Margaritas, en Soyapango.

Investigadores policiales de la Unidad Antipandillas  indicaron que esa zona de Morazán se ha vuelto complicada porque muchos mareros la están usando para “encaletarse”, esto es, para esconderse, del acoso policial que son sometidos en sus zonas de residencia.

De hecho, aseguran tener indicios de que en esos lugares están escondidos varios cabecillas de otros lugares.