Especie vegetal que se pierde, nunca más será recuperada y probablemente cause la perdida de otras especies (vegetales o animales), que limitarán la vida en el planeta tierra y finalmente la del ser humano.Por ello se deben buscar maneras de conservarlas y reproducirlas.
El material que se conserva como semillas, cultivo de tejidos o plantas establecidas en cultivares de campo, se llama germoplasma. Debe tener viabilidad para generar una nueva planta, por lo que al referirse a las semillas, podemos afirmar que todo germoplasma es semilla y que no toda semilla constituye germoplasma.
El concepto de germoplasma se utiliza comúnmente para designar el genoma de las especies vegetales silvestres y no genéticamente modificadas, de interés para la agricultura.
Con el fin de conservar este material genético en cualquiera de sus formas reproductivas (semillas, esquejes, tubérculos, tejidos, etc.) se han establecido en el mundo los llamados bancos de germoplasma. Su misión consiste en ubicar el plasma germinal de las plantas que por sus atributos son consideradas de interés prioritario para beneficio de la humanidad, además de aportar conocimiento científico orientado a la optimización de la conservación y uso de los recursos filogenéticos.
Las acciones
Para establecer un banco de germoplasma de especies nativas, se necesita una buena dosis de voluntad y paciencia. Hay que mantenerse pendiente los 12 meses del año, para recolectar la semilla que va saliendo. Por lo general cada especie solo da semillas una vez al año, aunque existen especies que producen continuamente y hay otras especies que pierden la viabilidad rápidamente, como el Nim, que es difícil conservarla por más de un mes.
En el Vivero San Andrés, la estrategia es recolectar la semilla y pronto ponerla a germinar para mantener el germoplasma en forma de plántula o plantita de vivero.
En especies como el nacascol, carreto, almendro, si no se recolecta oportunamente, es atacada por insectos como el gorgojo. Otras especies exigen una determinada temperatura para conservar la viabilidad.
Los recursos filogenéticos para la alimentación y la agricultura (RFGAA), son las bases biológicas de la seguridad alimentaria mundial y directa e indirectamente, proveen a la subsistencia de cada persona sobre la tierra.
Los RFGAA consisten en la diversidad de los materiales genéticos contenidos en variedades tradicionales y cultivares modernos (especies vegetales domesticadas).
Además, cada especie constituye un eslabón de la cadena alimenticia y existencial en el planeta tierra.
Proceso natural
Es natural que las casas y las mesas de las aves y muchos otros animales silvestres son los árboles, las aves son propagadoras continuas del germoplasma, cada semilla que se tragan la trasladan hasta el lugar que defecan y dan origen a una nueva plantas.
La mayoría de mariposas e insectos como las abejas, se alimentan de las flores y en esa actividad están simultáneamente polinizando a las flores, para dar origen a los frutos que contienen las semillas que en su mayoría son los elementos de un banco de germoplasma.
Un deber existencial que debemos cumplir es evitar que una determinada especie de árbol se extinga y una forma fácil es recolectando semillas, especialmente de especies autóctonas que casi ya no existen.
En el Vivero San Andrés permanentemente se recolectan semillas y se establecen semilleros, para conservar el germoplasma en forma de plantitas de distintas especies tales como: copinol, aceituno, heliconias, jacaranda, guanabo, caulote, quina, quebracho, matasano, ojushte, tempisque, jiote, capulín, cedro, leucaena, chaquiro, volador.
También de paterno, sunza, guiliguiste, chaperno, nacascol, Zapotillo, trompillo, irayol, sincuya, bario, brasil, Chirimuya, jocomico, salamo, Jack fruit, caoba, teca, nim, mulato y muchas otras.
Se deben proteger y reproducir tanto las especies nativas como las adaptadas a la región. Si dejamos desaparecer una, es probable que arrastre la desaparición de otras especies silvestres, rompiendo el tejido de la naturaleza.
Uno de los mayores errores de los especialistas en términos de la genética, es su determinación por el concepto de certificación y pureza del germoplasma, olvidándose que las plantas y los animales existieron antes que nosotros y que prácticamente nuestro estilo de vida y caprichos mentales, están vulnerando a la naturaleza provocando la crisis alimentaria y el cambio climático.
Es más importante la armonía con la naturaleza que la radical discriminación.
Es una responsabilidad histórica y trascendente, conservar y multiplicar nuestros recursos genéticos especialmente por la seguridad alimentaria, la conservación ecológica, evitar el cambio climático y sobre todo apreciar lo que Dios nos dejó para que existiéramos.
Debemos recordar que todo recurso filogenético es indispensable para la sostenibilidad del ecosistema planetario; sin importar si son frutales, ornamentales y forestales.