Gabriel Granadino necesitó 17 horas para dejar su creatividad y trazos en un mural en las oficinas de Pager en Soho, Nueva York.
El ilustrador, de 32 años, llegó a Estados Unidos por invitación para aportar con su trabajo en el evento de activación de la marca con sus clientes.
Pager, la empresa que lo contrató, es un negocio emergente que busca reinventar la experiencia tradicional entre el paciente y el doctor.
Su visita en la “gran manzana” duró cuatro días y el mural lo realizó en un día, desde las 10:00 de la mañana, hasta las 3:30 de la madrugada, sin parar.
El mural se hizo en una pared a dos colores, negro y naranja, que al principio lo intimidó, pero a cada trazo fue ganando más seguridad.
El ilustrador explica que al ser Nueva York tan multicultural, no se sorprendieron de que fuera salvadoreño, pero sí les sorprendió que no fuera alguien radicado en la ciudad.
El mural mostraba la inmediatez con la que trabaja la aplicación. “A los doctores traté de darles una expresión de tranquilidad y de control, que inspirara confianza ante cualquier tipo de salud, y con la ciudad de fondo”.
A Granadino le gusta contar historias con una sola acción, que la persona la vea y que diga que pasará a continuación o cómo terminará. “Muchas veces son incómodas y me tengo que adaptar para todo el público, pero mi verdadero gusto es hacer las cosas más negras”. En el país ha realizado ya otros murales para distintas empresas.
Granadino también es profesor. Actualmente da la cátedra de Pensamiento Creativo en la Escuela Mónica Herrera. “Estás debatiendo ideas con mentes frescas de otras generaciones y compartir (experiencia)”, comenta.
En 2011, decidió tomar el camino de trabajar, casi exclusivamente, con la ilustración y gracias a él ha logrado superar las fronteras y mostrar su trabajo en otros “canvas”. Con el mural para Pager, “es la primera vez que mi arte me secuestra y me lleva a otro país”.